La Junta de Personal de la Agencia Tributaria de Baleares criticó el pasado viernes que este organismo, al igual que el resto de delegaciones de España, mantiene una estructura y organización "poco eficaz" en la lucha contra el fraude fiscal, que supone, según varios estudios, el 23 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
En un comunicado, la institución lamentó que, "lo realmente indignante", es que la recaudación de los impuestos recae en su mayor parte sobre los trabajadores, los asalariados y los pequeños y medianos empresarios, que ven "cómo una Administración Tributaria, siguiendo un modelo medieval, se ensaña sobre el pequeño contribuyente, destinando ínfimos recursos al fraude sofisticado".
Así, el personal puntualizó que, de hecho, en toda Baleares "sólo" hay una unidad de inspección dedicada a la investigación. Según la Junta, esta problemática está generando una "desmotivación sin precedentes" en los empleados públicos de la Agencia Tributaria, ya que se utiliza "una doble vara de medir", con "todo el peso de la Ley contra el pequeño contribuyente mientras los directivos de la Agencia se saltan las normas esenciales del procedimiento para dictar resoluciones que aumentan la desproporción retributiva".
"El reparto del complemento de productividad de la Agencia Tributaria sigue, de hecho, la máxima de el que reparte y sus colegas se llevan la mejor parte", enfatizaron desde la Agencia, quienes recordaron que el 16 de mayo de 2006 y el 6 de octubre del mismo año la Junta de Personal de la Agencia Tributaria de Baleares interpuso dos contenciosos en el Tribunal Superior de Justicia de las islas "ante la negativa del delegado especial en Baleares a motivar y dar audiencia a los representantes de los trabajadores sobre las cantidades de productividad que reparte sin ninguna justificación".
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