La mayoría de los profesores interinos que se presentan cada año a las pruebas de oposición de la enseñanza aprueba los exámenes. Esto significa el 83 por ciento de los que optan a un puesto de maestro, y casi el 100 por ciento de los que lo hacen por alguna de las especialidades de Secundaria, según datos del sindicato CC. OO. No obstante, sólo uno de cada diez logra alcanzar la ansiada plaza.
Este desajuste laboral mantiene intranquilo al colectivo de interinos que, en la actualidad representa hasta el 21 por ciento del total de profesorado de la Comunitat Valenciana (50.000 entre las tres provincias). Es más. La Federación de Enseñanza de UGT critica que la mayoría del colectivo de 'precarios' se concentra en la provincia de Alicante y, que, además, lo hace, fundamentalmente en las poblaciones de Elche, Torrevieja y Orihuela.
Esta situación provoca importantes altibajos en el sistema educativo valenciano en lo que atañe a los propios docentes y a los centros escolares. En primer caso confluyen dos situaciones distintas: la de los profesores que trabajan durante todo un curso en un mismo centro o, como mucho, en dos o tres ¿con las vacaciones pagadas¿, y la de quienes, por ser los últimos en escoger destino dados sus resultados en la oposición, se ven abocados a trabajar en la enseñanza privada y picotear de las ofertas que saca la administración mediante la convocatoria de bolsas de trabajo para cubrir vacantes o bajas.
Este baile de plazas repercute, de manera forzosa, en el funcionamiento de los centros educativos que tienen que afrontar la llegada de nuevos interinos cada año y, con ello, la renovación del claustro de profesores cada año. Se da la circunstancia de que, en algunos colegios e institutos, la plantilla de interinos ronda el 70 por ciento del equipo docente, lo que dificulta la proyección de programas a medio y largo plazo o la toma de decisiones de un curso a otro.
Si bien es cierto que durante los últimos siete años la oferta pública de empleo en la Comunitat Valenciana ha ido aumentado de manera muy importante (de las 2.000 plazas docentes propuestas en 2000, las 2.085 del año 2004 a las 3.033 de este año), los trabajadores y sus sindicatos defienden que la cifra de precarios debería reducirse hasta un 8 por ciento, para mantener una estabilidad en el sistema educativo público. Con este descenso de interinos, la autonomía se equipararía a la media nacional. Hay que recordar, además, que este incremento de plazas docentes se ha visto forzada, en parte, porque hay más niños y niñas en las aulas y esto es consecuencia, fundamentalmente, de la llegada de personas extranjeras a la Comunitat.
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