La entrada en vigor de la Ley de Igualdad, que el Pleno del Congreso aprobará mañana definitivamente, ayudará a que la paternidad empiece a ser cuidado de los hijos, "no sólo renta y apellidos", aseguró hoy la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo.
En una entrevista con Efe, la máxima responsable del área de mujer del Gobierno y una de las principales artífices de esta nueva legislación explicó que durante su elaboración se planteó la opción de mejorar el permiso de maternidad, pero se descartó "para que los empresarios tuvieran claro que la corresponsabilidad debe sustituir el término de conciliación".
"La conciliación es una palabra elegante pero no es cierta: las mujeres de este país trabajan intensamente de siete a nueve, levantan, organizan la casa, llevan al colegio, supervisan permanentemente…"
Con la entrada en vigor de la ley, que se producirá antes de acabar marzo, se estrenará en España un permiso de paternidad de quince días que se ampliará a un mes dentro de seis años, en lugar de los ocho años inicialmente previstos por el Gobierno.
"Es una ley que va poco a poco, las dos semanas de permiso para el padre son razonables y con el tiempo asumible por parte de la cultura empresarial y por las parejas", explicó Murillo, socióloga y experta en investigación social, violencia de género, igualdad y en temas relativos a la conciliación de la vida familiar y laboral.
Tras calificarla de "extraordinaria", la secretaria de Políticas de Igualdad se mostró convencida de que mañana el PP respaldará esta iniciativa, que "interesa a toda la población, porque las familias invierten un enorme capital de sus rentas en la formación de sus hijas".
Durante toda la tramitación parlamentaria anterior, el Partido Popular ha optado por la abstención y ha criticado la norma por entender que básicamente se dirige a la "élite" en lugar de defender los derechos de la mayoría de las españolas, algo que Murillo rechaza tajantemente.
Según Murillo, unos de los principales objetivos de la norma consiste en "eliminar los prejuicios respecto a que la mujer es la única responsable del cuidado de niños y mayores".
En este contexto argumentó que la propia mujer debe optar a los puestos de poder y no rechazarlos, "tiene que aprender a delegar, a no querer ser la más competente en todos los ámbitos sino saber administrar y compartir tiempos…"
La entrada en vigor de la ley también supondrá un cambio sustancial para los partidos políticos, ya que en las próximas listas electorales deberán respetar la presencia equilibrada de hombres y mujeres.
Se establece que ninguno de los sexos superará el 60 por ciento de las candidaturas ni podrá ser inferior al 40 por ciento; habrá tramos de cinco en los que tres habrán de ser varones y dos mujeres o viceversa.
Sólo los municipios con menos de 5.000 residentes estarán excluidos de esta obligación legal.
"Hay quien argumenta -dijo- que no hay mujeres suficientes, pero estamos convencidos de que en todos los municipios hay asociaciones de mujeres. No somos un colectivo sino el 51 por ciento de la población y tampoco pedimos una cuota sino que se cumpla el principio de representación", añadió la secretaria general, una de las grandes apuestas del Gobierno para luchar contra el maltrato y establecer la igualdad real entre mujeres y hombres.
Lo que más gustaría a Murillo es que la norma cuente con el apoyo unánime del Parlamento: "significaría validar una ley que interesa a toda la población, porque tiene muchísimas medidas de empleo y protege los derechos de todas las mujeres en la medida en que establece como discriminación directa cualquier diferencia en función de la maternidad, por responsabilidades familiares…"
También espera que los empresarios -que desde el principio se opusieron de forma rotunda a esta iniciativa- comprendan que la igualdad es una ventaja no un lastre.
"No se trata de generar más costes ni de procurarles más tareas que no puedan asumir. La mayoría de las empresas tienen plantillas mixtas y por tanto es aprovechar el talento de toda la organización para cumplir los objetivos empresariales".
Concluye que el gran debate pendiente es la organización del tiempo de trabajo, un terreno "que ya estamos preparando".
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