Descansar entre 10 ó 20 minutos después de comer, lo que se conoce más comúnmente como siesta, es un hábito saludable recomendado por los expertos que participaron 'recientemente' en Madrid en el I Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles.
En este sentido, concluyen que 'dormir no es una pérdida de tiempo sino una necesidad' y recuerdan que existen empresas que proporcionan una sala de descanso para sus empleados. Por el mismo motivo, aconsejan que se asuma y se lleve a la práctica la regla de los 'tres ochos': 8 horas para trabajar, 8 horas para descansar y 8 horas para el tiempo libre.
Junto con los 'tres ochos', plantean una forma de vida saludable basada en un desayuno fuerte entre las 7:00 y las 8:30 horas, un almuerzo ligero entre las 12:30 y las 14:00 horas y una cena suficiente entre las 19:00 y las 20:30 horas. Además, hay que acostarse entre las 22:30 y las 24:00 horas y levantarse entre las 6:00 y las 7:30 horas.
PUNTUALIDAD, EXIGENCIA ÉTICA
Una mejor planificación del tiempo debe tener en cuenta, según estos expertos, que los mayores y las mujeres deben dejar de ser los grandes perjudicados por los actuales horarios. A su vez, es necesario saber valorar el tiempo propio y el de los demás: la puntualidad debe ser una exigencia ética. 'Es absolutamente necesaria la organización y planificación de las reuniones para un máximo aprovechamiento del tiempo', añaden las conclusiones del Congreso.
En cuanto a la problemática alrededor de la infancia, juventud y tiempo, la primera conclusión que extraen es que se trata de un debate mucho más amplio que lo estrictamente concerniente a la jornada escolar.
'A la sociedad le pedimos impulsar medidas que permitan flexibilizar y humanizar los horarios laborales de los padres con el fin de que puedan ofrecer la necesaria atención a los hijos. Necesitamos tiempo para escuchar a los niños y jóvenes para poder identificar su percepción del tiempo, sólo así, seremos capaces de compartir su tiempo y el nuestro, tiempo de todos', explican en un comunicado. En todos los programas curriculares debería enseñarse a valorar el tiempo y sus usos.
CAMBIO EN LA CULTURA EMPRESARIAL
En definitiva, consideran necesario un cambio en la cultura del uso del tiempo en la empresa a todos los niveles, desde la dirección, con innovadores estilos de gestión del capital humano hasta los trabajadores. Para ello, deben potenciarse buenas prácticas y la experiencia compartida para lograr unos horarios más flexibles y humanos. 'No se trata tan sólo de flexibilidad de horarios de entrada y salida, de jornadas continuas o de aprovechamiento útil de las nuevas tecnologías', comentan.
Esta teoría implica la erradicación del 'erróneo' concepto de confundir la permanencia en el lugar de trabajo con trabajar. 'Debe primarse la eficacia y la eficiencia. La productividad no siempre está en relación directa con el número de horas trabajadas. España es uno de los países de la U.E. en el que se trabajan más horas pero en cambio nuestra productividad es la tercera más baja', relatan.
Estos expertos también aconsejan que las medidas que favorezcan la conciliación y la igualdad estén presentes en los convenios colectivos al mismo nivel que los acuerdos económico y que la Administración vigile más el cumplimiento de las normas por parte de las empresas. Los medios de comunicación, por su parte, deberían revisar los horarios de los programas, con especial interés en la programación infantil y en las franjas horarias de noche.
'Pedimos a las cadenas de TV que sensibilicen a la sociedad acerca de la necesaria racionalización de los horarios, aprovechando su influencia como medio de comunicación, mediante debates, entrevistas -reclaman-, y abordando esta temática en los guiones de las series de gran audiencia, de la misma forma que se tratan otras cuestiones de gran repercusión social'.
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