Los colectivos de los trabajadores españoles en Gibraltar Ascteg y Citipeg han remitido una carta al Ministro Principal del Peñón, Peter Caruana, para que medie ante los directivos de Cammell Laird, que gestiona los astilleros, para que readmitan a los diez trabajadores despedidos en los últimos tiempos.
En la misiva, escrita en castellano y en inglés y a la que tuvo acceso Europa Press, Ascteg y Citipeg ponen en antecedente a Caruana, explicándole que defienden a los trabajadores que "están sufriendo un largo conflicto aún por resolver" causado, a su juicio, por los dueños de la compañía Cammell Laird, actualmente gestionado los astilleros de la Autoridad Portuaria de Gibraltar.
En este sentido, la principal causa de la "disputa laboral" es, según los colectivos, el "incumplimiento generalizado" y la "falta de respeto" a los derechos de los trabajadores y a aquellos relacionados con la seguridad y la higiene, sobre lo cual han protestado a través de manifestaciones callejeras y concentraciones de los trabajadores de la empresa y mediante quejas a los sindicatos, partidos políticos y hasta el propio Gobierno de Gibraltar.
Así, recordando que se acogen a la Directiva Parlamentaria Europea sobre los Derechos de los Trabajadores, demandaron a Caruana como máxima autoridad en Gibraltar que "no abandone" a los trabajadores, que haga una mediación "adecuada" en la disputa de Cammell Laird que se originó el pasado 25 de septiembre con el despido de un trabajador español "porque estaba haciendo inscripciones para un sindicato" y continuó con otros nueve ceses este mes "siguiendo el mismo procedimiento irregular y discriminatorio".
De otro lado, continúa la carta, y siendo las instalaciones de los astilleros un dominio en concesión otorgado por la Autoridad Portuaria de Gibraltar, aunque gestionada por Cammell Laird, Ascteg y Citipeg pidieron al Ministro Principal que, además de la readmisión, inste a la empresa a que acepte la entrada del sindicato y a evitar "futuros e innecesarios conflictos y pérdidas de trabajo".
DURAS CRÍTICAS AL ASTILLERO A juicio de Ascteg y Citipeg, la empresa Cammell Laird, de origen británico y francés, gestiona "bastante mal" los astilleros del puerto de Gibraltar, lo cual afecta no sólo a los trabajadores españoles, sino también a otros gibraltareños, portugueses o marroquíes.
Así, mantienen que la empresa despacha un trato "inhumano y discriminatorio" a todos los trabajadores y "se niega a aceptar" los derechos de los trabajadores, por lo que éstos "no pueden defenderse de un constante acoso que roza la esclavitud", así como de "las coacciones", al tiempo que sufren "la falta de medios y de programas de seguridad e higiene".
En este sentido, los colectivos aseguraron que las palomas ponen sus nidos en los talleres, cuyas estructuras de hierro "no se pintan desde 1962" y que en el "viejo, sucio y obsoleto" comedor de los trabajadores "es ya casi imposible eliminar las cucarachas", unas instalaciones que "no usan" los cargos directivos, quienes, por otra parte, "utilizan a la limpiadora como sirvienta para prepararles el costo en la mesa y el té de las 11.00 y de las cinco", mientras a la plantilla "se les restringe las botellas de agua porque dicen que se malgasta mucha".
Asimismo, los baños están "viejos, muchas veces atascados y son pestilentes", constituyendo zonas "inmundas y difíciles de describir sin revolver estómagos".
En estricta materia laboral, criticaron que la empresa "no da" a los trabajadores las categorías laborales profesionales que les corresponden, citando el caso de un buzo profesional que figura como peón de muelle y "le obligan a sumergirse incluso en contra de las normas de seguridad", el cual, finalmente, "fue despedido también por negarse a exponer su vida a tal riesgo en las aguas de los diques". En este sentido, aseguraron que no hay un médico o ATS, ni un botiquín de primeros auxilios, y que tampoco se hacen cursos de prevención de riesgos laborales o socorrismo. En cuanto a la labor sindical, la empresa "impone" su comité e "impide" la entrada del sindicato "como es voluntad de todos los trabajadores afiliados al mismo que son un 80 por ciento". Asimismo, "no reconocen" a los delegados sindicales y "coaccionan constantemente" a los trabajadores "para que dejen sus carnés sindicales".
De otro lado, contratan "mano de obra barata" de Bulgaria, Rumanía y Polonia y despiden a los trabajadores "antes de que cumplan el año, para no tener que hacerlos fijos como la Ley obliga", pese a que algunos "llevan más de tres años sumando contrataciones".
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