Las limpiadoras copan el mercado laboral melillense con un total de 3.034 trabajadoras, seguidas de peones industriales (2.971), los mecanógrafos (1.269) y los dependientes (1.260). Así, al menos, se desprende de un estudio de tendencias del mercado de trabajo de 2006 elaborado por la Dirección Provincial del INEM de Melilla y publicado en el Plan Estratégico de la Ciudad.
Los peones de construcción casi llegan al millar y los vigilantes de seguridad suponen una población activa de 719 personas, superando a los peones de transporte y los cuidadores de personas. En los últimos lugares se encuentran los conductores de maquinaria y los médicos.
El mayor problema en Melilla es la falta de formación de su población activa. Casi el 82,52 por ciento de los hombres y un 76,21 por ciento de las mujeres que demandan un empleo tienen un nivel formativo inferior a la Enseñanza Secundaria Obligatoria, lo que lleva consigo que, en el caso de los hombres, las profesiones más demandadas sean la de peón, jardinero, ordenanza, mozo de carga o camarero. Por contra, las mujeres se decantan por ser limpiadoras, peones, dependientes de comercio o pinche de cocina.
La ocupación en la que mayor número de hombres se contrata es en la de oficial albañil, seguida de la de peón de la construcción, mozo de limpieza y camarero. En cuanto a las mujeres, en primer lugar se encuentra el contrato de limpiadora, seguido del de enfermera, administrativa y auxiliar de clínica.
Curioso resulta saber que el mayor número de demandas de empleo se suele producir durante el mes de febrero, mientras que agosto suele registrar el nivel más bajo. Por sexo y edad, la mayor parte de las mujeres se encuentra entre los 25 y 44 años, en tanto que los hombres suelen tener entre 16 y 24 años o entre 35 y 44. Otra particularidad es que en el grupo de demandantes superior a los 55 años, los hombres superan a las mujeres por un estrecho margen.
Por lo que respecta al comportamiento de los empresarios, la mayoría de contrataciones en el sector de la construcción se llevan a cabo durante los meses de enero a abril.
A pesar de que son muchos los que piensan que no hay luz al final del túnel del desempleo, deben saber que poseen un 55 por ciento de posibilidades de ser contratados, por lo que es recomendable ver la botella medio llena y no medio vacía a la hora de buscar trabajo.
Una de las alternativas es la formación en lo que se suele llamar 'nuevos yacimientos de empleo', entre los que destacan el cuidado para personas mayores, el de discapacitados y el márketing de empresas, teniendo en cuenta que el turismo es 'incipiente', según un estudio elaborado por la Ciudad Autónoma.
Crear una empresa propia se vislumbra como otra de las alternativas. Para ello, los emprendedores disponen de ayudas por parte de Promesa, además de ventajas fiscales.
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