La prevención es el único método para combatir el tráfico de menores en China, que afecta principalmente a los niños de las zonas rurales más pobres e hijos de trabajadores inmigrantes, afirmó hoy "Save the Children".
Esta Organización No Gubernamental (ONG), que trabaja en China desde la guerra con Japón, instó hoy a las autoridades a cambiar de actitud y dejar de luchar contra el tráfico humano solamente como crimen (registrando el número de "casos" por resolver, 2.500 hasta 2006), en vez de despertar la conciencia social.
La participación de las comunidades locales en los proyectos que desarrolla en China es fundamental, dijo la ONG, para que en las zonas más pobres no se considere normal, por ejemplo, dejar los menores al cuidado de personas frágiles como los abuelos, mientras los progenitores se van a miles de kilómetros a trabajar.
También son vulnerables los niños que emigran con sus padres pues llegan a un ambiente desconocido con servicios sociales muy limitados y padres siempre trabajando.
"El riesgo de tráfico de niños se incrementó con la migración interior y todo indica que el fenómeno puede aumentar en las próximas décadas", afirmó hoy Kate Wedgwood, directora para China y Corea del Norte de la organización británica.
Unos 200 millones de personas se trasladaron en los últimos años desde el campo a las urbes chinas al amparo del crecimiento económico y en busca de trabajo, principalmente en la construcción y los expertos estiman que en los próximos veinte años, los inmigrantes seguirán siendo centenares de millones.
Los menores que quedan en los pueblos al cuidado de parientes o abuelos sufren riesgo de "desaparecer" a manos de bandas criminales de tráfico infantil, que los dedican a la mendicidad o a pequeños robos en ciudades y si son niñas al tráfico sexual en países vecinos del Sureste Asiático.
Además, la prensa china divulgó algunos casos de niños robados que acaban en orfanatos (subvencionados por número de acogidos) y que eventualmente podrían acabar en adopción.
"Save the Children", que promociona los derechos de la infancia en el marco de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, no descarta la vinculación del tráfico con la demanda, también de parejas chinas sin hijos o con uno solamente, que desean ayuda en el campo y cuidados cuando sean mayores.
Los niños más pobres y de minorías étnicas son los de mayor riesgo, también porque no se pueden comunicar en mandarín sino en dialectos y no conocen sus derechos "y es muy importante que los niños sepan cómo protegerse y saber lo que deben y no deben hacer", afirmó Wedgwood.
La organización desearía que China hiciera una nueva definición de lo que considera tráfico humano e incluyera en el de menores a quienes todavía no tienen 18 años y son cedidos para trabajar a cambio de acabar con deudas familiares.
Pekín considera exclusivamente víctimas de tráfico infantil a menores hasta los 14 años que fueron secuestrados o vendidos.
Según "Save the Children" el informe de 2005 del Gobierno chino al Comité de Derechos del Niño en Ginebra, que vela por la Convención de 1991, solamente habla de número de rescatados.
Catorce progenitores habían instado al Gobierno en Pekín en diciembre de 2004 a combatir el tráfico de niños, principalmente en provincias del sur como Cantón, con ventas de menores a precios que oscilaban entre los 1.000 y los 2.000 euros.
Pero, si los niños del campo y minorías corren riesgos de ser vendidos o forzados a convertirse en mendigos, ladronzuelos o trabajadores sexuales, existe también un mercado de niñas y mujeres para sexo o esposas forzadas.
En diciembre de 2007 se celebrará en Pekín la segunda conferencia ministerial de la Iniciativa del Mekong (Camboya, Laos, Myanmar, Vietnam, Tailandia y Vietnam) que debe establecer un Plan de Acción contra el tráfico humano interfronterizo.
"Save the Children" apoya las repatriaciones de los secuestrados, dijo su directora en China, pero no interviene en los rescates, unos 25.000 de 28.000 registrados de 2001 a 2005, según el Departamento de Seguridad Pública.
La organización destacó la importancia de su trabajo en colaboración con la Liga de la Juventud China para registrar a los menores abandonados o cuyos padres emigran, educarles y seguir su futuro, pero también que se extienda la conciencia sobre la denuncia de desapariciones.
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