La irrupción de China e India multiplica por cuatro la fuerza laboral
La globalización de la mano de obra está teniendo un efecto negativo en los salarios en los países industrializados (FMI), que han perdido siete puntos de peso en relación a la riqueza total desde comienzos de los años ochenta, según el Fondo Monetario Internacional. El Fondo advierte, en todo caso, que hay otros factores que se deben considerar en la caída de la remuneración, como es el cambio tecnológico.
El FMI, en el informe que presentará en la próxima cumbre de primavera, explica que la fuerza laboral mundial se multiplicó por cuatro en los últimos 25 años por factores demográficos y gracias a la integración de China, India y de la Europa del Este. Los países del sureste asiático aportaron la mitad de este incremento. Naciones Unidas proyecta que la población en edad de trabajar crecerá un 40% para 2050.
Los relatores del informe sobre globalización de la mano de obra explican que las empresas tienen cada vez más fácil trasladar parte de su producción a países donde les cuesta menos. Sin embargo, restó dramatismo al fenómeno de la deslocalización del empleo, al asegurar que la producción de las empresas de países industrializados en economías en desarrollo representa apenas un 5% de su Producto Interior Bruto.
"El impacto económico es limitado", remacha el estudio, en el que se mencionan expresamente los casos de Japón y de EE UU, donde representa como mucho el 3%. El sector manufacturero es el más afectado, aunque las previsiones sugieren que el grueso del incremento de la mano de obra se producirá en el sector servicios. El FMI precisa además que las economías avanzadas sacan más tajada de la mano de obra barata que les llega desde los países emergentes, como es el caso de EE UU.
¿Y cómo afecta todo esto a los salarios? El FMI afirma que la integración de los trabajadores de países emergentes en la economía global les permite beneficiarse de un incremento rápido de los sueldos. Sin embargo, afecta negativamente a los salarios de los empleados en las economías avanzadas, que calcula que han bajado siete puntos en 25 años. El FMI advierte, en todo caso, que hay otros factores que se deben considerar, como el cambio tecnológico.
Flexibilidad
Esta situación plantea importantes retos para los legisladores, porque deben asegurarse de que sus economías son capaces de responder con flexibilidad a los retos de la globalización. En este sentido, recomienda: reducir la presión fiscal sobre los salarios y evitar que los subsidios por desempleo incentivan a las personas en edad de trabajar a quedarse en casa; mejorar el acceso a la educación y la formación; y asegurar una protección social adecuada en los periodos de ajuste.
En otro capítulo, el FMI vuelve a recordar el dicho de que "cuando EE UU estornuda, se resfría el resto del mundo". Esta afirmación "no ha perdido vigencia" y las perturbaciones en el crecimiento estadounidense afectan a otras regiones, especialmente con las que tiene estrechos vínculos financieros y comerciales. Aunque a renglón seguido precisa que los problemas del mercado de la vivienda serán limitados, a no ser que afecten al consumo y a la inversión empresarial interna.
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