Una encuesta llevada a cabo por la consultora KPMG revela que, aunque las Memorias de Responsabilidad Social Corporativa se dirigen a clientes, empleados e inversores, "sólo los altos directivos" aprovechan la información que en ellas se ofrece.
El director de Sostenibilidad de KPMG, José Luis Blasco, hizo alusión a estos datos durante su intervención esta mañana, en el Hotel Hesperia de Madrid, en el acto de presentación en España de la tercera generación de la Guía 'G3' del Global Reporting Initiative (GRI), en un acto organizado por KPM, el propio GRI y el Foro de la Reputación Corporativa (fRC).
Así, todos los asistentes al acto participaron en una encuesta llevada a cabo por la consultora cuya principal conclusión incide en la utilidad que los altos directivos extraen de las memorias, "en detrimento de otros colectivos a los que, en principio, se dirigen los informes de sostenibilidad".
En su intervención, Blasco destacó que las empresas "siguen empeñadas en publicar informes porque son una herramienta crítica". "Ponen en valor sus actuaciones al tiempo que fortalecen su compromiso corporativo", prosiguió el experto.
Sin embargo, Blasco criticó que las Memorias se hagan "de dentro para fuera". "Hay que mejorar los sistemas de información para que sean más creíbles", demandó el directivo que recordó que "los técnicos se encargan de elaborar una información que no a todo el público interesa".
En opinión de Blasco, hay que erradicar dos lacras que él denominó 'efecto hidroavión' y 'efecto caja de bombones'. "El efecto hidroavión consiste en publicar informes muy extensos –tienen una media de un centenar de páginas– para 'apagar' el fuego de la información, sin tener en cuenta ciertas especificidades", explicó.
En cuanto al 'efecto caja de bombones', Blasco indicó que consiste en poner "sólo lo bueno y quitar lo malo". "En muchos casos también hay autocensura", denunció el experto que recordó que un informe "tiene que fomentar la transparencia".
A modo de conclusión, Blasco enumeró cuatro fases que garantizarían la utilidad de las memorias: el conocimiento, la organización, la actuación y la comunicación. Precisamente, el experto destacó que los encuestados coincidieron en que "la denominación exacta" de estos informes debería ser la de "Memoria de Responsabilidad Social Corporativa".
PROCESO DE DIALOGO
Por su parte, el profesor del ESADE Business School, Josep María Lozano, también presente en el acto de presentación, recordó que "el proceso continúa" en materia de RSC. "La nueva 'G3' insiste en la relación con los 'stakeholders' pero hay que tener en cuenta que el diálogo no ha de ser sólo para que cambien las empresas sino para que también los grupos de interés entiendan a las compañías", remarcó. "De cualquier modo, la empresa debe saber responder a las demandas que hace la sociedad", subrayó Lozano.
En cuanto a la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), representada por Eva Ramos, se mostró "optimista" por los cambios introducidos por el GRI aunque reconoció que "se trata de una gota en el océano", en alusión a la cantidad de pymes que no pueden confeccionar memorias de RSC siguiendo los criterios del GRI o a la media docena de empresas del Ibex 35 que apenas dan información. "La cantidad y la calidad de la información también es variable", recordó Ramos.
Precisamente, en alusión a las pymes, el director ejecutivo del GRI, Ernst Ligteringen, constató que existe "un mayor interés" por el proceso entre las pequeñas y medianas empresas. De cualquier modo, Ligteringen apostó por la publicación de una memoria "que represente a todo un sector", como en el caso de los exportadores de frutas chilenos, "en vez de informes individuales".
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