La multinacional estadounidense ha anunciado que la nueva generación del Opel Astra no saldrá de la cadena de montaje de Amberes, sino de Bochum en Alemania cuando se fabrique a partir de 2010. La planta flamenca no cerrará sus puertas, ya que se seguirán ensamblando vehículos de la filial Opel.
Klaus Franz, responsable del comité de empresa de Opel señala que "se ha logrado el principal objetivo: el que no se cierre ninguna planta en Europa. Amberes seguirá funcionando, ahora se trata de negociar cuál será el volumen de producción a partir de 2010."
Generl Motors a través de sus filiales Opel, Vauxhall y Saab vendió 2 millones de vehículos el año pasado, una cuarta parte eran del modelo Astra. Su cuota de mercado europeo es del 9,2%.
La plantilla total en Alemania, Bélgica, Reino Unido, Suecia, Polonia, Rusia y España suma 60.500 efectivos, un personal sobre el que pende la amenaza de nuevas regulaciones de empleo, así como el aumento de la semana laboral con el mismo salario. General Motors quiere aumentar drásticamente la productividad de sus fábricas, reduciendo sus costes en 450 millones de euros anuales. Los sindicatos advierten que esa estrategia generará un exceso de capacidad de 230.000 vehículos, que difícilmente encontrarán comprador.
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