Un Centro Especial de Empleo de Jerez de la Frontera que tiene en plantilla a 21 discapacitados auditivos llamado Minuplás se encuentra en «grave» crisis económica, ya que arrastra una deuda de 400.000 euros, por lo que la Junta, según la parlamentaria andaluza del PSOE, Carmen Collado, quien visitó ayer las instalaciones de la empresa, «está haciendo todo lo posible para que supere la situación» con la colaboración de la la Federación Andaluza de las Personas con Discapacidad Auditiva.
Collado acudió al polígono jerezano de El Portal, donde se encuentra Minuplás, junto al presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Sordos, Alfredo Gómez, y el nuevo gerente de la empresa, Joaquín Solís, quien, en dos meses de cargo «se ha dado un giro total a la situación, incluso en este tiempo se ha conseguido tener superávit», según informó la socialista a Europa Press en una nota.
El principal problema de este Centro Especial de Empleo, que es lo que ha comprometido su existencia, es la importante deuda que arrastra desde hace ya algún tiempo y que asciende aproximadamente a unos 400.000 euros, un «importante lastre económico», que incluso podía haber llevado a Minuplás al cierre, pero el primer pago de 55.000 euros en concepto de subvenciones atrasadas ha mejorado la situación «y ahora va a haber un segundo pago».
Asimismo, la Junta está trabajando en una fórmula que pueda facilitar una ayuda suplementaria o una aportación económica y estudia la posibilidad de adelantar las subvenciones de este año.
Minuplás tiene en la actualidad como principales clientes a supermercados, pequeñas tiendas, El Corte Inglés y distintos comercios que confían «en la calidad» de los productos que fabrica la empresa, principalmente bolsas de plástico, por lo que tanto la Junta como la Federación Andaluza de las Personas con Discapacidad Auditiva han hecho una llamamiento a posibles clientes y a la sociedad en general para que tengan en cuenta a esta empresa y sus productos.
Para el gerente de la empresa, el objetivo es no depender de ningún tipo de subvención, igual que cualquier otra empresa, y «olvidarnos de que somos un Centro Especial de Empleo». Para ello necesitan renovar la maquinaria, «un poco antigua», «ganar todavía más calidad y no estancarnos».
La intervención de la Junta surgió ante la «voz de alarma» de los propios trabajadores, que se pusieron en contacto con la Federación Andaluza de Sordos y con otras organizaciones de discapacitados ante la mala situación que estaba pasando la empresa.
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