El 30% de los 15.000 trabajadores del sector tendrá un contrato indefinido en 2010
Todas las empresas que inicien una obra a partir de ahora deben homologarse y acreditar la formación de sus empleados
El 30% de los 15.000 guipuzcoanos que trabajan en el sector de la construcción será indefinido en 2010 gracias a una nueva legislación que entra hoy en vigor y que provocará un giro radical en un sector muy irregularizado en la actualidad, y que destaca como uno de los motores de la economía, impidiendo, entre otras mucas cosas, la subcontratación de más de tres empresas en una sola obra.
El pasado 28 de septiembre el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de Subcontratación en el sector de la construcción, una normativa que ha salido adelante gracias a una iniciativa legislativa popular presentada por el sindicato CCOO en 1998 a nivel estatal, tras la recogida de 600.000 firmas.
Como agua de mayo esperaban desde hacía diez años los sindicatos la aprobación de esta ley, que ha entrado en vigor a los seis meses de su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En el caso de Gipuzkoa, unos 15.000 trabajadores (de los que el alrededor de un 5% son extranjeros, cifra que va en aumento) desarrollan su labor en el sector de la construcción, en pequeñas empresas de no más de una docena de empleados. Se trata de un amplio colectivo que se verá beneficiado por esta ley que tiene entre sus principales objetivos dotar de mayor estabilidad laboral a los diversos gremios que desarrollan sus trabajos en el tajo.
Todas las subcontratas del sector estarán obligadas a que al menos el 30% de su plantilla disponga de un contrato indefinido en 2010. Asimismo, con la normativa se pretende limitar el encadenamiento de empresas subcontratas, frenar la siniestralidad en el sector, evitar la prolongación de largas jornadas laborales y poner freno a las carencias formativas de los trabajadores.
Todas las obras que comiencen a construirse a partir de ayer deberán regirse por esta nueva legislación. Para los sindicatos, es una manera de "exigir que las empresas de la construcción sean empresas de verdad, no meros traficantes de mano de obra".
La ley pretende acotar la subcontratación en una obra, una práctica habitual, y hasta cierto punto lógica porque, por ejemplo, la edificación de un bloque de viviendas afecta a un amplio número de gremios desde encofradores, pintores, yesistas, carpinteros, electricistas, los que manejan las palas excavadoras, y hasta los operarios que colocan las tejas o los empleados que ponen el ascensor.
"Es imposible que una misma empresa realice todas las labores, por lo que tampoco esa es la solución al problema", explica Iñaki Merino, responsable del sector de la construcción de CCOO en el territorio guipuzcoano.
Pero lo que tampoco se puede permitir, al menos así lo vienen denunciando desde hace años los propios sindicatos, es que el sector continúe sin regularizarse, teniendo en cuenta y asumiendo que la subcontratación debido a la especialización de los diferentes trabajos en una obra es "lógica". De hecho, la subcontratación se emplea en más del 90% de las labores de cualquier obra o tajo.
Hasta ahora, numerosas empresas en el sector "se han aprovechado de esta situación", esto es, de la subcontratación en cadena, una práctica que nunca ha estado regulada por ley.
Son cientos los casos que han comprobado in situ los propios sindicatos cada vez que acuden a visitar una obra. La firma principal y a la que se le ha adjudicado la obra contrata, por ejemplo, una empresa de albañiles. En vez de que esta segunda firma aporte mano de obra y realice el trabajo, a su vez subcontrata a una tercera empresa de albañilería que puede llegar a contratar a otra firma o a trabajadores autónomos.
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