24 de noviembre de 2024
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Asprona Valladolid ha logrado la inserción laboral de 608 discapacitados en dos décadas

Asprona Valladolid ha logrado la inserción laboral de 608 discapacitados en dos décadas

'En el Grupo Lince el trabajador es el centro'. La afirmación de Roberto Zurro, director de la compañía de empresas de Asprona, no suena a lema publicitario para vender la gestión, sino que tiene fundamento. Fue en 1985 cuando se crearon las dos primeras secciones de su Centro Especial de Empleo, la de limpieza y lavandería. Desde entonces la asociación ha logrado la inserción en el mercado de trabajo de 608 discapacitados intelectuales y físicos.

Las dificultades que hasta aquel momento habían tenido las personas con alguna minusvalía para encontrar un puesto en la empresa ordinaria se comenzaban a subsanar con una infraestructura laboral propia, que no ha dejado de crecer y que factura más de siete millones de euros al año.

A día de hoy, el Grupo Lince es una plataforma hacia la autonomía y realización personal de decenas de jóvenes que de otra manera lo hubieran tenido muy complicado para encontrar una salida profesional.

Limpieza, mantenimiento de parques, hostelería, publicidad directa, jardinería, higiene de conductos de aire y un servicio de destrucción de documentos forman las divisiones de este grupo que compite en igualdad de condiciones con otras firmas de sus sectores. 'Aunque seas un empresa social, si no lo haces bien vas a durar muy poco', señala Roberto Zurro, quien reconoce que las reticencias iniciales de muchas firmas para contratar los servicios de Lince se disipan una vez conocen la forma de trabajar.

'Digamos que es un poco miedo a lo desconocido y como si tuvieses que demostrar más que los demás, pero cuando se dan cuenta de que eres una empresa seria y solvente que hace su trabajo eso desaparece', añade.

Los datos avalan la efectividad del Grupo Lince. Más de 4.500 socios en su centro de jardinería (Finca El Pino), trescientos centros de trabajo atendidos por su personal de limpieza o 250 comidas diarias en su restaurante de los apartamentos universitarios Miguel Delibes son solo algunas cifras de un negocio que cuenta en todas sus líneas con la certificación ISO 9000.

Lejos de estar pendiente de la cuenta de resultados y los beneficios, el objetivo de los gestores de esta compañía 'no es ganar dinero', sino mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad 'sin olvidar que al cliente hay que darle calidad'.

Once profesionales del trabajo social y la psicología se encargan de hacer un seguimiento personal a cada uno de los miembros de una plantilla con particularidades y con índices de productividad muy diversos, dependiendo de sus circunstancias. 'Son personas que lo han tenido muy difícil para encontrar su primer empleo, cuando tienen una oportunidad no suelen desaprovecharla', precisa el director de esta empresa, quien reconoce, sin embargo, que el ambiente de trabajo no difiere del de una empresa ordinaria, 'al final lo que todos buscamos es tener un puesto de trabajo estable y lo más cómodo posible'. 'Muchos piensan que un centro especial de empleo es un lugar idílico, aquí también se aplica el convenio y el régimen sancionador en ocasiones y hay gente más vaga y más trabajadora, como en todos los sitios', subraya con naturalidad.

No obstante, en el Grupo Lince se trata de dar oportunidades de integración y las exigencias laborales se adaptan a cada trabajador en función de sus posibilidades. Con salarios que oscilan entre los 9.100 y 20.700 euros anuales, Asprona no olvida tampoco la posibilidad de que su personal pueda dar un paso más y lograr un puesto fuera del centro especial de empleo. Para ello cuenta con un sistema de orientación y facilita unas excedencias de hasta cinco años para dar esa oportunidad, un salto que en este caso se hace con red.

En este sentido, Roberto Zurro reivindica un compromiso de las Administraciones para que ejerzan una discriminación positiva hacia estas empresas sociales en los concursos públicos y que valoren la posibilidad de contratar a discapacitados en puestos en los que puedan desarrollar las funciones como es el caso de las conserjerías. 'Favorecer el empleo de los colectivos desfavorecidos es una obligación recogida en la Constitución española', recuerda el responsable del Grupo Lince.

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