Trabajar en una compañía internacional conlleva muchas ventajas profesionales. Algunas multinacionales ofrecen numerosos beneficios adicionales, pero pocas pueden brindar a todos sus empleados la posibilidad de convertirse en socios de su propia empresa. Una de estas compañías es Grupo Lar, donde toda su plantilla puede participar de los riesgos y beneficios del negocio inmobiliario, convirtiéndose en promotores y socios de la empresa para la cual trabajan. El beneficio de la compañía es el beneficio del empleado.
Hace tres años, Grupo Lar inició su ‘Plan de Inversión para Empleados’, un ambicioso y novedoso plan a través del cual la plantilla puede invertir en proyectos, tanto residenciales como terciarios. La inversión que pueden acometer oscila entre un mínimo de 1.800 € hasta un máximo de 90.000 €. En conjunto, la inversión de los empleados puede elevarse hasta 5% de los fondos propios invertidos por Grupo Lar en el proyecto.
Hasta la fecha, los empleados de Grupo Lar han llevado a cabo 147 inversiones en alguna de las 16 promociones incluidas dentro del plan, invirtiendo un total de 2.063.531 euros. Unas cifras que demuestran la buena acogida del plan y las buenas perspectivas de negocio e inversión que los empleados auguran a su compañía.
El objetivo es doble. Por un lado se trata de que los empleados se beneficien del crecimiento de la compañía. “Pocas compañías ofrecen unos beneficios tan amplios a toda su plantilla”, comenta Álvaro Arteaga, director de Grupo Lar Industrial y uno de los responsables del plan, “pero también se trata –prosigue Arteaga- de que cada profesional que trabaja en nuestra compañía pueda involucrarse totalmente en el negocio, conociendo, sea cual sea su puesto, todo el proceso de promoción inmobiliaria”.
Cada plan de inversión se inicia con la elección de la promoción que formará parte del mismo. Son los directores de cada Unidad de Negocio de Grupo Lar los responsables de seleccionar y proponer la promoción. Una vez propuesta, se abre el período de inversión. A partir de ahí cada empleado decide, basándose en la información y las cifras de cada proyecto, si invierte. Los beneficios se recogen cuando se cierra el ciclo de promoción, es decir, una vez construido y comercializado el proyecto.
En 2004 Grupo Lar inició el ‘Plan de Inversión para Empleados’ con dos promociones: Panorama, uno de los edificios de primera residencia más emblemáticos y premiados de la compañía, y el Parque de Actividades Empresariales (PAE) Coslada I. Ambas en Madrid. Tras ellas se incorporaron otras diez promociones de primera residencia, en España, Portugal, México y Rumanía; tres de residencia vacacional en España y cuatro proyectos de terciario, también en España.
Inversión inmobiliaria
Uno de los aspectos más relevantes del ‘Plan de Inversión de Empleados’ de Grupo Lar es que se trata de una verdadera inversión. “Es decir –explica Alvaro Arteaga-, conlleva un riesgo y si bien la primera interesada en que el proyecto obtenga beneficios es la propia compañía, también existe la posibilidad de que no haya beneficios”. Una posibilidad que se basa en el recorrido de todo proyecto inmobiliario, que suele durar un mínimo de tres años. “En ese tiempo –incide Arteaga- el mercado puede evolucionar, aunque la confianza del empleado que invierte se basa en el conocimiento de su propia empresa, pues sabe el rigor, los análisis y los estudios en los que sea basa Grupo Lar para cada inversión”.
Tras tres años de funcionamiento, el ‘Plan de Inversión de Empleados’ está plenamente consolidado. A partir de ahora, el objetivo es que cada trimestre haya una promoción que se incluya en el plan y que vayan rotando las promociones de primera residencia, residencia vacacional, centros comerciales, oficinas e industrial. De esta forma, los cada vez más numerosos empleados de Grupo Lar podrán acceder a un amplio abanico de inversiones y decidir que área consideran más adecuada para sus ahorros.
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