No responda a las ofertas de trabajo no solicitadas que le lleguen por correo electrónico. Son falsas y enviadas por hackers que necesitan de un mulero (el mismo término que los transportistas de droga) para blanquear el dinero que roban a clientes de bancos. Buscan intermediarios que les envíen, a una cuenta propia, el dinero sustraído a través del phising (robo de claves y contraseñas a bancos e internautas).
'Me llegó una oferta para trabajar como intermediario de transferencias financieras', cuenta Francisco García (nombre ficticio), un mulero engañado, según él, al que la justicia le ha abierto dos procesos por un supuesto delito de estafa. Este profesor de secundaria de 35 años necesitaba 'algo de dinero extra' cuando le llegó un correo electrónico que se lo garantizaba fácilmente con un empleo a tiempo parcial. Contestó al e-mail y a los dos días ya estaba trabajando.
Su empleo era sencillo. Recibía cantidades de unos 3.000 euros en su cuenta que tenía que enviar, a través de Western Union, a supuestos clientes de la firma para la que trabajaba a cambio de una comisión del 10%. Lo que dice no saber es que era un miembro más de una trama de estafa organizada por hackers que robaban dinero de cuentas bancarias. Éstos utilizan a intermediarios como Francisco para recibir, en sus países de residencia, casi siempre en Europa del Este y con identidades falsas, las sumas sustraídas. Así cierran el círculo que empezaron al robar las claves, sin que aparezca su nombre en ninguna transferencia, por lo que es difícil localizarles.
'Es casi imposible encontrarles, por eso es muy importante la colaboración policial entre países y que la gente denuncie', opina Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, compañía de software de seguridad. Explica que el hacker puede estar en Rusia, su servidor de internet en Hong Kong, el mulero en España y el cliente al que roban en otro país, por lo que es muy difícil localizar al cerebro de la trama.
Al que es más fácil de encontrar es al ejecutor de esa especie de blanqueo: el mulero. 'Al tercer o cuarto envío, si no se han dado cuenta antes de que están siendo engañados, la policía va a por ellos', cuenta Ofelia Tejerina, abogada de la Asociación de Internautas. Tejerina asegura que recibe a la semana una media de cinco consultas de incautos que se dicen timados por estas ofertas, que tienen también como soporte a webs con aspecto de empresas respetables.
En el caso de Francisco fue él mismo quien sospechó. Hizo cuatro envíos por un valor total de 12.000 euros, 1.200 de ganancia para él por unos pocos minutos de trabajo. 'Algo me olió mal', cuenta. Entonces investigó en internet y se percató de que había sido víctima de lo que se conoce como scam (timo, en inglés). Buscó un abogado que le aconsejó denunciar, aunque la policía le creyó parte de la estafa y al poco tiempo le llegaron dos denuncias, de Canarias y de Lugo, de los clientes del banco a los que habían robado. 'Es complicado explicar al juez que el mulero ha sido estafado. El juez le ve como un listillo que quiere dinero rápido', asegura Tejerina.
Esta abogada comenta que todos los muleros se preguntan cómo pudieron picar en un timo tan obvio. Francisco dice pensar en ello todos los días: 'Estoy muy fastidiado'. De momento la justicia ha sobreseído uno de los casos de los que estaba acusado. Pero todavía le queda otro.
Alfonso Simón
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