El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEX) ha concedido la incapacidad permanente y absoluta a una mujer autónoma en base a que la depresión que sufre le impide asumir situaciones estresantes. Aunque el Juzgado de lo Social consideraba que su capacidad laboral estaba limitada, pero no impedida totalmente, el TSJEX revoca la sentencia y estima la demanda de la trabajadora.
Esta estimación se debe a que el informe forense acredita su dolencia psíquica le «impide desarrollar una actividad laboral normalizada por su incapacidad para asumir situaciones estresantes, así como incapacidad para la toma de decisiones, planificaciones y sujeción a normas». El TSJEx afirma que no son las patologías físicas las que le impiden trabajar sino las psíquicas las que le incapacitan para su profesión habitual de gerente autónoma.
Esta mujer había obtenido la declaración de incapacidad hace años, pero el INSS se la retiró al entender que había mejorado de sus dolencias. El Juzgado de lo Social justificó esa decisión. Sin embargo, el TSJEX considera que no se ha acreditado la mejoría de manera suficiente y le concede a la trabajadora autónoma la prestación de incapacidad permanente absoluta para todo tipo de trabajo. El INSS deberá abonarle las prestaciones que le corresponden desde el momento en que se las retiró.
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