La responsable del Departamento de Protección de Derechos e investigadora de la organización internacional Human Rights Watch, Carol Pier, denunció hoy la negación "sistemática" de los derechos laborales de los trabajadores por parte de la compañía de distribución estadounidense Walt-Mart, basándose en datos recientes extraídos de una nueva investigación de esta ONG.
"El incumplimiento que ejerce Wal-Mart de las ya de por sí débiles leyes laborales de Estados Unidos frustra la libertad y respeto de los trabajadores de todo el país", según el nuevo Informe, de 210 páginas, divulgado hoy por la ONG, que recuerda que la multinacional "sigue perpetuando los abusos laborales con sus trabajadores"..
El documento, en el que se denuncia sobre todo las presiones para eliminar el derecho a la libertad de asociación o sindicalización de los trabajadores, detecta también que, mientras muchas compañías norteamericanas utilizan estas débiles leyes laborales de Estados Unidos para detener la organización de los trabajadores, el gigante de distribución al por menor se caracteriza por "la magnitud y agresividad en las técnicas para evitar la formación o actuación de los sindicatos en el interior de sus establecimientos".
Lo cierto, según denuncia la ONG, es que "muchas de sus táctica contra los sindicatos son legales en Estados Unidos", aunque "Walt-Marta las combina adecuadamente para minar aún más los derechos de sus trabajadores". Otros también se aprovechan de la 'suavidad' de estas leyes, añade el Informe.
"Los trabajadores de los centros comerciales de Walt-Mart no tienen absolutamente ninguna ocasión de organizarse para defender sus derechos laborales, porque las normas que vienen de la alta dirección generan medidas que les llevan a desempeñar su trabajo en condiciones injustas" y la compañía hace "casi cualquier cosa para salvaguardarse de la creación de sindicatos o cualquier reunión de los empleados en el interior de sus tiendas", agrega Carol Pier.
Siendo una de las multinacionales más grandes del mundo, la conducta de Wal-Mart preocupa especialmente a la ONG, que recuerda que hasta enero de este mismo año la compañía obtuvo 11.300 millones de euros de beneficios –8.300 millones de euros– y contaba con más de 1,3 millones de trabajadores en Estados Unidos y cerca de 4.000 almacenes en todo el país. "Y ni uno de ellos está representado por un sindicato", agrega 'Human Rights Watch', que considera que esto "no es ninguna coincidencia".
La investigación de la ONG revela además que, en muchos casos, la propia compañía ha comenzado a 'adoctrinar' en muchos de sus centros a sus trabajadores y encargados para oponerse y tratar de evitar la creación de sindicatos desde el mismo momento en que son contratados como empleados.
De hecho, "los encargados reciben instrucciones explícitas para no acudir a ninguna reunión convocada por los propios empleados y a vigilar desde fuera para describir a las personas que acuden a ellas y sobre todo quienes las alientan o encabezan, pese a que desde la empresa se asegura que los trabajadores "eligen libremente acudir a ellas" e incluso "se les facilitan lugares de reunión para organizarse".
"Si los trabajadores intentan organizarse, los encargados de almacén deben divulgar esa información a través de un teléfono directo que les facilitan desde las jefaturas de los centros y la compañía responde enviando a su equipo para evitar cualquier tipo de relaciones de trabajo con esos empleados casi inmediatamente, con el fin de 'aplastar' el esfuerzo de organización de los trabajadores", detecta la investigación.
Otra de las técnicas utilizadas por la compañía para evitar la organización de los trabajadores es considerarlos 'audiencia' y con ello, transmitirles vía interna mensajes a los que les obligan a atender a través de vídeos y comunicaciones que les 'familiarizan' con las terribles consecuencias que traerá la formación de sindicatos dramatizando además estos mensaje de "advertencia".
CLIMA ANTI-SINDICAL
La investigación de la ONG alerta también del clima labora "de miedo" que la compañía consigue instalar en todos sus centros de Estados Unidos y las presiones a los trabajadores, a los que se les advierte de que sufrirán consecuencias "muy calamitosas" si forman sindicatos, en parte porque nunca oyen opiniones favorables a su creación y también porque muchos de ellos están asustados ante la idea de "desafíar" a sus encargados, lo que podría enfrentarles a una terrible venganza.
La ONG encontró que Wal-Mart "potencia y fomenta" este miedo como 'arsenal' para poner en marcha sus tácticas ilegales contra los sindicatos. Incluso asegura que la compañía ha enviado a sus encargados a escuchar "detrás de las puertas" en presuntas reuniones de empleados.
Según algunos trabajadores y encargados que han trabajado con anterioridad en alguno de los grandes almacén de la cadena, incluso les han pedido en alguna ocasión colocar cámaras fotográficas y de vídeo-vigilancia para supervisar y tener controlados a los trabajadores partidarios de las reuniones para formar sindicatos, a los que se les advertía después de las consecuencias que sufrirían si se organizaban.
A partir de ahí, la ONG advierte también de despidos ilegales como represalias a estas reuniones, la edición y circulación de material ilegal de tipo anti-sindical en el interior de los centros, así como casos de discriminación, castigos "disciplinarios" a los partidarios de los sindicatos y otras violaciones de los derechos laborales "más básicos".
Asimismo, alerta la ONG, "las penas por violar estos derechos son tan mínimas en Estados Unidos que, evidentemente, tienen muy pocos efectos disuasorios", y Wal-Mart recibe solamente lo que consideran "un pequeño rapapolvo" cuando se le encuentra culpable de esta conducta ilegal tan grave.
En la mayoría de los casos, los responsables que son denunciados tan sólo deben fijar en sus centros avisos en los que se comprometen a cumplir con la ley en el futuro y a restaurar el status de los empleados antes de los actos considerados como ilegales. "No hacen frente a ningunas multas o sanción punitiva", remarca Human Rights Watch.
En este sentido, la ONG pide la protección de estos trabajadores y sus derechos al Congreso de Estados Unidos y a la Administración del presidente, George W. Bush, para confirmar esta protección con una nueva Ley que aumente las penas para las violaciones de las leyes laborales, restaurando el proceso de selección democrático de sindicatos en todos los centros de trabajo.
Human Rights Watch insta también al Consejo Nacional de Relaciones Laborales para que haga cumplir las leyes en Estados Unidos, particularmente contra delincuentes que ya han reincidido en estas conductas, como es el caso de Wal-Mart, al que exigen que cese en sus tácticas de amenazas y represión a sus trabajadores y les permita la libre formación de sindicatos para defender de forma organizada unos derechos que son "inalienables".
Para este Informe, Human Rights Watch realizó un total de 41 entrevistas tanto a trabajadores y encargados actuales como a antiguos empleados de la firma desde el año 2000. Algunos apoyaban la creación de sindicatos, otros no y otros se mostraban indiferentes.
La ONG trató también de establecer contacto con Wal-Mart hasta en tres ocasiones para conseguir una reunión y su opinión respecto a estas acusaciones a lo largo de la investigación, siendo rechazado ese ofrecimiento por parte de la compañía, que sólo facilitó algunas respuestas "muy limitadas".
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