La inmensa mayoría de las empresas españolas ha interiorizado completamente los conceptos relacionados con la responsabilidad social corporativa. Eso es al menos lo que aseguran las propias interesadas que, en un estudio realizado por la Escuela de Organización Industrial (EOI) y el Instituto de Análisis de Intangibles, reconocen en un 97% que la compañía cuenta con una estrategia o plan de responsabilidad corporativa.
Y el 93% tiene formalizada su estrategia en materia de RSC en un documento específico. Eso sí, todos coinciden en afirmar que la RSC debe crear valor. De otra forma, cree que no sería posible su integración en la empresa.
El estudio, que desgrana las razones de las compañías españolas a la hora de desarrollar su estrategia de RSC, concluye que el grado de implantación de la responsabilidad en España es difícil de valorar cuantitativamente ya que su desempeño no se puede estandarizar a todas las compañías.
Otra de las conclusiones es que la RSC se encuentra aún en un estadio inicial. Buena prueba de ello es por ejemplo lo que los autores del informe denominan versatilidad en el término. 'El concepto sí está claro, pero su definición no tanto. Se habla de responsabilidad social corporativa, de responsabilidad social empresarial, de responsabilidad corporativa… No hay consenso en el término', señala Begoña Beneytez, directora técnica del máster internacional en desarrollo sostenible de EOI.
Eso sí, las empresas son tajantes a la hora de afirmar que se denomine como se denomine, la responsabilidad empresarial es ya un referente. 'No puede haber una empresa líder sin una estrategia de RSC', afirmó Alejandra Kindelán, subdirectora general adjunta responsable del grupo de estudios del Santander, quien participó en una mesa redonda posterior a la presentación del estudio. Eso sí, Kindelán opina que para ser eficaz, la RSC, que es una palanca estratégica para las empresas, debe estar apoyada 'desde arriba'. Una opinión con la que coincidieron los otros dos participantes en la mesa redonda coordinada por el director de RSC de PricewaterhouseCoopers, Javier Garilleti.
Tanto el subdirector general de reputación corporativa de Telefónica, Alberto Andreu, como el director de comunicación y del gabinete de presidencia del Grupo Ferrovial, Gregorio Panadero, reflexionaron sobre la importancia de que los departamentos encargados de la RSC dentro de las organizaciones estén cercanos a la dirección. 'Es la forma de que la RSC forme parte del ADN de la empresa', señalaron.
Alberto Andreu abundó en esa idea al asegurar que la visión de la responsabilidad corporativa debe ser la visión de la empresa. 'Son cuestiones que están íntimamente ligadas'. Mientras, Gregorio Panadero argumentó que en el debate de la responsabilidad es más importante hablar de compromiso, 'porque la responsabilidad de las empresas debe darse por sentado'.
El director del gabinete de presidencia de Ferrovial añadió que las empresas no deben alardear de las actividades relacionadas con la RSC. 'Nosotros somos transparentes con nuestros grupos de interés, pero no creemos que la RSC sirva para sacar pecho y hacer publicidad'.
Alejandra Kindelán se mostró sin embargo partidaria de acabar con los prejuicios sobre contar o no lo que se hace en el campo de la RSC. 'Si se cuentan es porque es una parte de la empresa. Y nada más'.
¿Devolver algo a la sociedad?
Son muchas las razones esgrimidas por las empresas para argumentar las motivaciones que les han llevado a desarrollar una estrategia de responsabilidad corporativa. Las que destacan en el estudio sobre la implantación de la RSC en España elaborado por EOI y el Instituto de Análisis de Intangibles son las de crear un entorno más atractivo para los empleados, el deber de hacerlo por principios, o el deseo de incrementar las ventas y ganar cuota de mercado. La subdirectora general adjunta responsable del grupo de estudios del Grupo Santander, Alejandra Kindelán, destacó la importancia de la primera de esas razones. 'Yo me siento más orgullosa de trabajar en una entidad responsable. Me siento más identificada. La RSC ayuda a generar una sensación de pertenencia en los trabajadores'.
Otra de las razones que suele avalar la adopción de políticas de RSC se refleja en la expresión de que hay que devolver a la sociedad parte de lo que la sociedad ha dado a las empresas. Una cuestión con la que el subdirector general de reputación corporativa de Telefónica, Alberto Andreu, se mostró completamente en desacuerdo. 'Es una tesis que hay que descartar porque quien tiene que devolver algo es que se supone que lo ha robado. Eso no es RSC'.
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