El crecimiento del empleo en EEUU tuvo su nivel más bajo en dos años en abril, un mes en el que el índice de desempleo subió una décima, al 4,5 por ciento, y las remuneraciones semanales bajaron levemente, informó ayer el Gobierno.
Los datos, divulgados pocos días antes de la reunión de la Reserva Federal sobre política monetaria, sugieren que el lento ritmo de crecimiento general de la economía y la continuada depresión en el sector inmobiliario comienzan a afectar a más sectores laborales.
'La economía tuvo en abril una ganancia neta de 88.000 empleos', dijo el secretario adjunto del Tesoro para Política Económica, Phillip Swagel, para dar una interpretación positiva a los datos.
'Nuestra economía ha agregado empleos durante 44 meses consecutivos'.
La mayoría de los analistas había calculado que el índice de desempleo subiría del 4,4 al 4,5 por ciento; que la economía crearía 100.000 empleos adicionales y que la remuneración horaria promedio subiría un 0,3 por ciento.
En marzo EEUU tuvo una ganancia neta de 177.000 puestos de trabajo. La mayoría de los economistas calcula que se requiere un aumento de unos 150.000 puestos de trabajo cada mes sólo para absorber el crecimiento de la fuerza de trabajo.
El ritmo lento de crecimiento del empleo el mes pasado refleja, principalmente, los despidos en el comercio minorista, que tuvo una pérdida neta de 26.000 puestos de trabajo, y el sector de la construcción, donde la pérdida neta fue de 11.000 empleos.
La industria fabril, que en marzo había tenido una disminución neta de 18.000 empleos, perdió en abril otros 19.000 puestos de trabajo.
Por su parte, el sector servicios agregó 116.000 empleos en abril, la cifra más reducida desde junio de 2006, después de una ganancia neta de 141.000 puestos de trabajo en marzo.
También se hizo más lento el crecimiento de las remuneraciones de los trabajadores: después de un incremento del 03 por ciento en marzo, el salario promedio por hora creció en abril un 0,2 por ciento, el equivalente a 2 centavos de dólar, y llevó la paga a 17,25 dólares por hora.
En los 12 meses anteriores el salario promedio ha subido un 3,7 por ciento.
La semana laboral promedio para los trabajadores de producción cayó de 33,8 horas a 33,9 horas.
Como resultado la remuneración semanal promedio disminuyó de 583,42 dólares en marzo a 583,05 dólares en abril.
El ritmo de crecimiento de los salarios reales es importante porque está vinculado al gasto de los consumidores que, en Estados Unidos, equivale a casi el 70 por ciento del producto interior bruto (PIB).
El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal se reunirá el próximo miércoles para considerar su política monetaria. Es probable que los datos de hoy no desvíen al banco central de su actual postura, que mantiene las tasas de interés sin cambios desde julio del año pasado.
En el primer trimestre de este año, el PIB estadounidense creció a un ritmo anual de apenas el 1,3 por ciento, el más flojo en casi cuatro años.
Pero la preocupación de la Reserva Federal por las presiones de inflación han impedido que, hasta ahora, el banco central estadounidense afloje su política monetaria para estimular el consumo.
El Departamento de Comercio informó el lunes que el gasto de los consumidores creció un 0,3 por ciento en marzo y el incremento de marzo fue el más débil desde octubre pasado. En febrero había aumentado un 0,7 por ciento.
Ajustado por inflación el gasto de los consumidores, que en febrero había subido un 0,3 por ciento, bajó en marzo un 0,2 por ciento, la primera caída desde agosto y la mayor disminución desde septiembre de 2005.
El Gobierno informó asimismo que el índice de precios al consumo, excluidos los precios de energía y alimentos -una medida de la inflación a la cual la Reserva Federal presta mucha atención-, se mantuvo sin cambios después de un aumento del 0,3 por ciento en febrero.
En los 12 meses hasta marzo, ese índice ha subido un 2,1 por ciento, comparado con un incremento interanual del 2,4 por ciento hasta febrero.
La Reserva considera aceptable para la economía de EEUU una inflación que, en el índice de precios en gastos de consumo y excluidos los de energía y alimentos, esté entre el 1 y el 2 por ciento.
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