Salió del bar a empujones. «Esto es un secuestro exprés», le explicaron: O les pagaba lo que les debía o su familia no volvería a verlo. Pero resultó que les venció la humanidad y al primer apretón del secuestrado lo llevaron al hospital. La Sala les juzga el miércoles.
Los vecinos de Las Palmas Antonio David S.H. y Jonás Rayco M.O. serán juzgados el próximo miércoles ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial como supuestos autores del primer secuestro exprés registrado en el archipiélago desde que se acuñó el término.
Supuestamente, su jefe no les pagó parte del sueldo que se habían ganado como albañiles e intentaron cobrar manteniéndolo como rehén, aunque la humanidad les venció y cuando el retenido se quejó de «fuerte dolor abdominal» fueron sus propios secuestradores los que llamaron a la ambulancia, que se lo llevó al Doctor Negrín.
El representante del Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los acusados una condena de cuatro años de prisión y el abono al secuestrado de una indemnización de 6.000 euros por los perjuicios morales.
Según las conclusiones del fiscal, Antonio David y Jonás Rayco, de 22 años ambos, habían trabajado como obreros para la empresa de reformas de A.B.R., y éste les adeudaba «parte de los salarios por los trabajos realizados». En este contexto, los dos compañeros se personaron en las oficinas de la empresa a primera hora de la mañana del 27 de abril. Como no encontraron al jefe, le fueron a buscar donde suponían que estaría, en el bar de al lado, y al verle «le sujetaron por los brazos y a la fuerza le sacaron» a la calle, Antonio David le explicaba, «esto es un secuestro exprés», y Jonás Rayco advertían «cállate si no quieres que te pase algo».
Los secuestradores caminaron por distintas callen con su rehén hasta llegar al barrio de San José. Sentaron a la víctima en la acera «y le ataron las manos a una valla, usando para ello los cordones de unos zapatos», añade el fiscal.
Sonó el teléfono del secuestrado, y, asegura el fiscal, lo cogió Antonio. Era el administrador de la finca donde se ejecutaba la obra, alarmado porque le habían contado cómo se llevaban al contratista. «O pagan o no lo ven», le espetó, supuestamente, Antonio David. Llamó a renglón seguido el encargado de la obra. «Si no aparece el dinero tampoco aparecerá él», respondió Jonás.
Salvado por un retortijón
Siempre según el fiscal, los dos acusados trasladaron al rehén a la zona de la Batería de San Juan. Allí, la víctima «comenzó a sentirse mal debido a un fuerte dolor abdominal», continúa, «y fueron los propios acusados los que llamaron a la ambulancia «, que se lo llevó al Negrín. El informe agrega que los acusados, finalmente, se quedaron sin cobrar.
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