España es un país "casi feliz" con su modelo económico y se sitúa en niveles muy similares a los de otras naciones como Alemania, Irlanda, Francia, Bélgica y Austria, según afirma el estudio "La variedad feliz del capitalismo" elaborado por el Deutsche Bank.
Este informe, elaborado por el departamento de Investigación del Deutsche Bank, pretende averiguar cómo influye en los ciudadanos y en su plenitud el tipo de capitalismo que se desarrolla en veintidós países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCEDE).
Así, la entidad evalúa diez criterios -desde el nivel de desempleo hasta el salario- de forma que los países totalmente felices cumplirían todos los requisitos, mientras que, al carecer de alguno de ellos, irían situándose en grados inferiores de felicidad.
De esta manera, Australia, Suiza, Canadá, el Reino Unido, Estados Unidos, Dinamarca, Noruega y Holanda son los países que, según el documento, pertenecen a la "variante feliz" del capitalismo.
A continuación se encuentran los países "casi felices" con su sistema económico, entre los que se encuentran Alemania, España, Francia, Bélgica y Austria.
Por último, el estudio recoge los casos de Portugal, Italia y Grecia, que, al incumplir varios de los requisitos, se engloban en el llamado "capitalismo infeliz".
Además, el estudio engloba a Japón y Corea del Sur en un cuarto tipo de capitalismo, "del Lejano Oriente"-, por sus particularidades respecto a Occidente.
El primer indicador que tiene en cuenta el estudio es la confianza que los individuos depositan en sus conciudadanos, que resultó "alta" en Dinamarca y Nueva Zelanda y "particularmente baja" en Francia, Grecia y Portugal.
Un segundo factor estudia el nivel de corrupción, signo del "empobrecimiento" de las instituciones políticas y sociales que, según el texto, es "relativamente común" en Asia y en el Sur de Europa y baja en Dinamarca y los países anglosajones.
El estudio destaca también, por regla general -salvo en el caso de Austria- la conexión entre las tasas de empleo y la felicidad, si bien el informe llama la atención sobre Corea del Sur y Japón.
El informe explica que en estos dos países, pese al bajo desempleo que registran, sufren un alto índice de descontento en el ámbito laboral que el estudio atribuye a que el desempleo amenaza, sobre todo, a los empleados de las empresas privadas, lo que provoca que en estas firmas el rendimiento laboral sea bajo.
Otro de los aspectos estudiados es la conexión entre el nivel de educación y la felicidad, de forma que en los países más felices es donde la escolarización dura más años, -unos trece de media-, mientras que en aquellos países menos felices con el capitalismo, el periodo escolar es más corto.
Por el contrario, la relación entre la plenitud de las personas y sus salarios no es siempre una constante, aunque el informe demuestra que todos los países considerados "felices" con el capitalismo, salvo Nueva Zelanda, tienen una alta renta per cápita.
Otra de las variables que explica el bienestar de los ciudadanos es que las personas entre 55 y 64 años estén en activo; de hecho, los países considerados felices tienen, al menos, un veinte% más de trabajadores de este margen de edad que los otros países.
De la misma forma, los estados donde la economía es transparente y ofrece muchas libertades muestran mayor grado de felicidad ciudadana que otros con mayor presencia de la economía sumergida y donde la libertad económica esta más coartada.
Por último, el informe afirma que los países más felices registran mayores tasas de natalidad y tienen mercados laborales más flexibles, donde hay una reducida protección del despido y a la par, unas tasas bajas de corrupción y paro.
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