El director de la Oficina en España de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Felipe Hunt, aseguró ayer que esta organización considera "positivos" los "esfuerzos" del Gobierno Español para acabar con la discriminación laboral a través de la Ley de Igualdad.
Hunt se pronunció así durante la presentación del último informe de la OIT, que, bajo el título "La igualdad en el trabajo: afrontar los retos que se plantean", analiza cuáles son las principales formas de discriminación laboral en el mundo y qué medidas pueden adoptarse para combatirlas.
En el caso concreto de España, el estudio destaca la iniciativa ACCEDER, un programa español que consiguió emplear a 2.500 personas de etnia gitana desempleadas.
Por el contrario, resalta que, según datos de 2004, las mujeres españolas cobraban, de media, un quince por ciento menos que sus colegas varones -en sintonía con la media de la Unión Europea (UE)-.
La situación era mejor que en países como Suecia (cobraban un 16,5% menos que los hombres), pero peor que en Portugal (la diferencia era sólo del cinco%).
La desigualdad laboral española también queda patente en un análisis sobre el tiempo medio trabajado -con remuneración o sin ella-, que el estudio cifra en 7,4 horas de media en el caso de las mujeres y de 6,5 horas en el caso de los varones.
De forma general, el documento estudia diferentes tipos de discriminación: las tradicionales -por sexo, raza, religión u origen social-, las agrupadas como "recién conocidas" -por edad, discapacidad, orientación sexual o en caso de contagio de sida- o las manifestaciones incipientes, basadas en factores genéticos y en el estilo de vida.
En este sentido, Hunt explicó que, frente a otros tipos de exclusión, en los últimos años cada vez hay más personas que no consiguen empleo o lo pierden de forma improcedente por su predisposición a padecer ciertas dolencias o bien porque, fuera de su trabajo, no mantienen un estilo de vida "saludable".
No obstante, el responsable de la OIT aseguró que la forma de discriminación en el trabajo más extendida es contra las mujeres, si bien reconoció que la participación de las mujeres en el mundo laboral ha ido subiendo en todo el mundo.
De todas formas, indicó que las mujeres suelen cobrar menos y trabajar en condiciones más precarias que sus compañeros varones.
La raza o la etnia, según el informe, también son una razón frecuente de exclusión laboral, y muy especialmente después del incremento de la inmigración en los últimos años.
En países como Estados Unidos, otro foco de marginación en el trabajo que ha ido en aumento es la religión, especialmente en el caso de los musulmanes, cuyas denuncias por problemas de este tipo han ido creciendo a raíz de los atentados del 11 de marzo de 2001.
En este documento también se recogen varios estudios que señalan que, en contra de lo que tradicionalmente se supone, la exclusión en el trabajo por motivos de edad afecta menos a los trabajadores mayores de cincuenta años que a los más jóvenes -entre 15 y 19 años-, que suelen ser sometidos a periodos de prueba más largos y obtienen peores contratos.
Las discapacidades -que padece, en diferentes grados, un diez por ciento de toda la población mundial- son también un foco de marginación que, según el texto, suele ir acompañado de niveles más bajos de educación.
Así, la OIT reconoce que aunque la mayoría de los países están comprometidos, mediante la adopción de leyes y políticas, a acabar con la exclusión en el trabajo, la situación, a día de hoy, es "una mezcla de éxitos y fracasos".
Cargando ...
Los comentarios están cerrados.