La tasa de temporalidad en la contratación alcanzó, a finales de 2005, su nivel más alto en casi dos décadas. Tras la reforma laboral aprobada por el Gobierno el pasado año, el avance del empleo inestable se ha ralentizado, cobrando nuevos bríos el trabajo indefinido -en 2006, la cifra de contratos fijos conseguidos en un sólo ejercicio marcó un récord-. Pese a ello, la precariedad sigue teniendo una presencia importante en el mercado laboral, y Andalucía ocupa el puesto de cabeza en el reparto nacional, con una tasa del 46,24 por ciento al cierre de 2006. Dicha tasa resultó 1,14 puntos superior a la de un año antes y sobrepasó en 12,2 enteros a la media del conjunto de España -34,04 por ciento-.
De acuerdo con un estudio elaborado por la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett), los sectores más afectados por la inestabilidad en las contrataciones son la agricultura y la construcción. Y en la comunidad andaluza salen especialmente mal parados: 78 de cada 100 contratos en la actividad agraria son de carácter temporal y 70 de cada cien lo son en el caso de la construcción -la media de los dos ascendería al 74 por ciento-. A nivel nacional, también son éstos los sectores más perjudicados, aunque mantienen una amplia distancia con los registros de Andalucía. Así, la tasa de eventualidad en el segmento agrícola se encuentra en el 59,29 por ciento, mientras que la vigente en el área constructora es del 56,63. Atendiendo a esos datos, la temporalidad de los sectores tomados como referencia en la región andaluza superaría en más de 16 puntos a la media de los dos en todo el país -sería del 57,96 por ciento-.
Según el informe de Agett, que se nutre de las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA), entre 2005 y 2006 esa temporalidad se resintió levemente en el sector agrario, pero repuntó en la construcción y los servicios. En la industria, sin embargo, la evolución varió en función del territorio, ya que en Andalucía descendió y en el total nacional se mantuvo -ver tabla inferior-.
Si el análisis se establece entre el sector público y el privado, las cifras de la EPA indican que durante el pasado ejercicio la temporalidad subió más en el primero que en el segundo. Traducido en cifras, la tasa en el ámbito público pasó del 25,06 al 26,22 por ciento, y en el privado lo hizo del 35,21 al 35,72 por ciento -en este caso no se disponen de referencias por autonomías-.
Las estadísticas de la EPA hasta marzo de 2007 apuntan a una tendencia a la baja de las contrataciones eventuales en toda España (en 2006, el peso de estos contratos sobre el total repuntó siete décimas). De hecho, la tasa de temporalidad se colocó en ese periodo en un 31,95 por ciento, 2,09 puntos menos que al cierre del trimestre anterior y 1,38 por debajo de la registrada entre los mismos meses de 2006.
Agett sostiene que los mercados en los que las empresas de trabajo temporal cuentan con una mayor presencia suelen tener una menor tasa de eventualidad en las contrataciones. Precisamente, su tasa de penetración en Andalucía es del 6,5 por ciento -la más baja, tras la de Extremadura-, frente al 25,7 o el 23,5 del País Vasco y Cataluña, donde los contratos temporales representan el 28,52 y el 26,43 por ciento del total.
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