Los inmigrantes que llegan a España para trabajar ya no se conforman con ganar un sueldo que les permita enviar algo de dinero a sus familias. Algunos logran ahorrar lo suficiente para comprar inmuebles en sus países de origen. Y la comunidad ecuatoriana, la segunda más numerosa en España, es una de las más activas. En 2006, los inmigrantes ecuatorianos gastaron 187 millones de euros en la compra de viviendas en su país, según la Cámara de la Construcción de Quito.
Diego Del Castillo, presidente de la Cámara de la Construcción de Quito, destaca el crecimiento de este tipo de inversión. En 2004, entraron en Ecuador unos 1.200 millones de euros procedentes de las remesas, según el Banco Central del país. Según sus estudios, sólo el 4% de este dinero se dirigía a la compra de inmuebles. En apenas tres años ese dinero casi se ha multiplicado por cuatro. En 2007 esperan alcanzar los 225 millones.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) registra 461.000 ecuatorianos en España, pero los cálculos extraoficiales sitúan esta cifra en 700.000. De ellos, el 90% tiene la intención de comprar una vivienda en su país, según las encuestas elaboradas por GSM, una firma dedicada a la organización de eventos. En 2006, GSM organizó dos ferias inmobiliarias para que los ecuatorianos compren inmuebles en su país: una en Madrid y otra en Barcelona. Y la capital española ha repetido este año, con otro evento similar entre el 31 de marzo al 1 de abril.
Raúl Jiménez, portavoz de la Asociación de Ecuatorianos Rumiñahui, relativiza los resultados de la encuesta. "El fenómeno ahora es bastante minoritario porque el objetivo número uno es estabilizarse y comprarnos algo aquí", apunta, "aunque irá en crecimiento". De momento, las empresas y las instituciones financieras ya han olfateado el negocio y no quieren dejar pasar la oportunidad. Unión Andina es veterana en el negocio. Comenzó su actividad hace siete años en Estados Unidos y llegó a España en 2005. Sus cuatro oficinas en España han vendido 38 viviendas en marzo, a un precio medio de 30.000 euros: 29 en Ecuador y 9 en Perú.
También constructores y promotores españoles han decidido entrar en el negocio. El grupo inmobiliario Ferrocarril se alió con un socio local para desarrollar una urbanización de 8.000 viviendas en Quito, de las que pretenden colocar dos tercios en el mercado español. Para ello invertirán 180 millones de euros, según explica su presidente Rafael González. La financiación de las compras corre a cargo de una filial del Banco Popular, Mundocredit.
José Prieto es el director para particulares extranjeros del Banco Popular. La entidad española tiene un acuerdo de colaboración desde 2004 con el Banco del Pichincha, una de las principales instituciones financieras de Ecuador, para ofrecer créditos a inmigrantes que quieran adquirir viviendas en su país. "No es un préstamo al consumo puro y duro", cuenta Prieto, sino uno hipotecario, ya que la garantía está "afianzada en el inmueble".
Cajamadrid o BBVA, aunque este último sólo para colombianos y peruanos, también desarrollan productos propios. Ofrecen créditos al consumo, cuyo interés en torno al 8%, siempre es más barato que un préstamo hipotecario en Ecuador (sobre el 12%).
También las entidades ecuatorianas han cruzado el Atlántico para buscar clientes. El Banco del Austro a través del Austro Financial Services y del Consorcio Gente ofrece servicios financieros a sus compatriotas. A ellos acudió Manuel Jaramillo para comprar su adosado en Quito por 45.000 euros. Anticipó el 30% del valor del inmueble, y a razón de 300 dólares al mes tardará seis años en pagarlo. Pero él quiere acabar de saldar su deuda antes y volver a su casa. "Ese es el objetivo de muchos de nosotros al llegar aquí, yo pienso".
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