El sector del transporte por carretera en Asturias alcanzó en la tarde de ayer un acuerdo para poner fin a la huelga que ha paralizado la actividad durante cinco jornadas consecutivas. El acuerdo, suscrito por los sindicatos CC OO y UGT y la patronal Asetra, fue sometido anoche a una asamblea de trabajadores, que aprobó desconvocar el paro esta misma madrugada y restablecer así la normalidad.
El conflicto ha afectado a unos 8.000 trabajadores pero sus efectos habían empezado a repercutir sobre otros sectores económicos. La construcción (obra pública y edificación) quedó casi totalmente paralizada el viernes por falta de materiales y la industria metalúrgica anunció ese mismo día que ya había entrado en un periodo "crítico" al no poder recibir materias primas ni expedir productos acabados.
La patronal Asetra ya había accedido a un incremento salarial del 20% en cinco años con cláusula de revisión salarial, aumento de dietas y creación de un nuevo plus para conductores, entre otras mejoras, pero rechazaba revisar las condiciones económicas de las bajas por incapacidad temporal. Durante los días de huelga, los sindicatos mantuvieron esta exigencia y también reclamaron que el aumento salarial pasase del 20% al 22% como consecuencia de la pérdida de salarios por el paro. El acuerdo de anoche fue posible tras aceptar ambas partes un incremento del 21,25% en cinco años y que las condiciones de las bajas por incapacidad temporal sean objeto de una negociación posterior.
Paralización
La presión para que ambas partes llegaran a un acuerdo que diera fin a la huelga antes de comenzar la semana se había intensificado en las últimas horas. Algunas compañías industriales habían advertido de que tendrían que cesar en su producción si el paro continuaba. La siderurgia integral Arcelor-Mittal llegó a un pacto el viernes por el que el comité de huelga se comprometió a que los piquetes permitan alimentar los hornos altos y las acerías para evitar daños multimillonarios. Pero las térmicas no recibieron carbón durante estos días y los huelguistas bloquearon los accesos a los polígonos empresariales.
El conflicto también tuvo una notable incidencia en la vida ciudadana. El paro, que arrancó el miércoles pasado, supuso la paralización absoluta de todas las flotas de autocares y autobuses (115 empresas que emplean a 1.500 trabajadores) de transporte urbano, regional y nacional, con la salvedad de los autobuses municipales de Gijón, que tienen convenio propio. El grupo asturiano Alsa, líder en España en transporte de viajeros, tampoco operaba en la región desde el miércoles.
La negativa de los sindicatos a acatar los servicios mínimos supuso el cese asimismo de todo el transporte escolar y de empresas. En mercancías, el seguimiento fue más desigual y no llegó a haber desabastecimiento en las tiendas, gasolineras y farmacias.
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