La adquisición de ABN Amro por parte de Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis acarreará la supresión de miles de empleos. Aún se desconoce la cuantía. Pero, de momento, el consorcio ya ha admitido que si la compra sale adelante, tendrá lugar un recorte de plantilla similar al anunciado por Barclays, su rival en la puja por el banco holandés.
En su anuncio de fusión, ABN Amro y el grupo británico comunicaron que su alianza supondría la supresión de 12.800 puestos de trabajo y la deslocalización de otros 10.800. Ayer, el banco español y sus dos socios difundieron documentación relativa a su oferta por la entidad holandesa. En la misma, el consorcio asegura que la pérdida de empleos no tiene por qué ser «materialmente mayor» que la derivada de la fusión entre ABN Amro y Barclays.
Es decir, los tres aliados asumen que el impacto será, como mínimo, parecido al de la operación competidora. Acto seguido, reconocen que «una proporción significativa de estas pérdidas de empleos» se producirá entre sus propios trabajadores. En el caso del Santander, lo previsible es que sólo se vea afectada su plantilla en Brasil, país donde ya está presente el banco español. De momento, sólo el sindicato holandés De Unie ha efectuado un cálculo de las repercusiones laborales que podría tener el proyecto del consorcio. El pasado día 9, la central advirtió que la compra de ABN Amro por parte de Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis puede provocar la supresión de unos 34.000 empleos a escala mundial.
Financiación
El consorcio adelanta que Merril Lynch ya se ha comprometido a colocar todas las acciones ligadas a la ampliación de capital necesaria para obtener el dinero en efectivo de la oferta. Además, asevera que sus tres miembros «han recibido numerosas aproximaciones» de las principales instituciones financieras, algunas de las cuales están asesorando a la propia ABN Amro.
El Santander y sus socios también muestran su interés en desprenderse a medio plazo de algunos de los activos que ABN Amro considera no estratégicos. El objetivo inicial es «retenerlos» en la cartera de la entidad. Posteriormente, cuando se lleve a cabo la división del banco holandés «pueden ser vendidos en un periodo de tiempo con vistas a maximizar el valor para los [tres] bancos».
La oferta formal del consorcio estará sobre la mesa antes del próximo día 28. Según el calendario previsto, si las autoridades aprueban los permisos pertinentes, el proceso podría arrancar tras el verano. Antes del cuarto trimestre se celebraría la decisiva junta extraordinaria de accionistas en la que se someterá a votación la operación. La compra, por tanto, podría estar cerrara a finales de año.
La oferta que presentarán antes del día 27, estará en línea con la propuesta anunciada el pasado 25 de abril, cuando el consorcio propuso lanzar una OPA por la entidad a un precio indicativo de 39 euros por acción, en torno al 70% en efectivo y el restante 30% en acciones del RBS.
Esta proyectada oferta, que estará condicionada a la que la filial estadounidense LaSalle siga en el grupo, valoraría ABN en 72.300 millones de euros, lo que significa que el consorcio tendría que pagar unos 50.000 millones de euros en efectivo. En un comunicado de los tres bancos hecho público ayer, el consorcio confirmó haber ofrecido 24.500 millones de dólares por LaSalle (antes sólo lo había dicho ABN), una cantidad rechazada por el banco holandés por considerar «mejor» la oferta de 21.000 millones de dólares del Bank of America.
El consorcio también publicó ayer varias cartas «privadas y confidenciales» con el fin de «aclarar» al mercado que no habrá condiciones en la financiación en su oferta por el grupo, según informa Efe.
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