Paul Wolfowitz realizó un emotivo llamamiento para continuar como presidente del Banco Mundial en un último alegato antes de que los directores ejecutivos del banco decidan si tiene credibilidad para liderar la institución de lucha contra la pobreza.
El Gobierno estadounidense no consiguió el apoyo de sus principales aliados para una estrategia diseñada para mantener a Wolfowitz en su cargo, incluso pese a que un comité del banco consideró que violó el código ético.
Wolfowitz continuó desafiante durante su comparecencia ante los directivos de 24 países, que reanudarán un encuentro el miércoles para decidir su futuro en un escándalo sobre un ascenso y aumento salarial que aprobó en 2005 para su pareja, Shaha Riza, una experta en Oriente Próximo del banco.
"Afirmo respeturosamente que criticar mis acciones o considerarlas como una base para una pérdida de confianza sería excesivamente injusto y sería contrario a las pruebas que les hemos presentado", declaró Wolfowitz en un comunicado a los directores ejecutivos.
"En lugar de determinar las culpas de algo que no fue equivocado, todos deberíamos reconocer nuestra responsabilidad, como yo he reconocido la mía", declaró, aceptando que cometió errores.
Wolfowitz ha sido una figura polémica en el Banco Mundial desde su nombramiento por el presidente George W. Bush en 2005 y ha luchado contra las dudas de países europeos sobre su papel en la guerra de Irak mientras era vicesecretario de Defensa de Estados Unidos.
Mientras se enfrentaba a algunos de esos críticos en el directorio, donde representantes europeos han expresado su preocupación por su continuación en el cargo, Wolfowitz pidió una solución justa.
También prometió que cambiaría su estilo de gestión para recuperar la confianza del personal que ha expresado su preocupación por el hecho de que la crisis de liderazgo haya comprometido la credibilidad del banco y su eficacia en la lucha contra la pobreza global.
"Les imploro que sean justos a la hora de tomar su decisión, porque su decisión no sólo afectará a mi vida, afectará a cómo se ve esta institución en Estados Unidos y el mundo", declaró Wolfowitz a los directores ejecutivos.
"Aún tienen la oportunidad de evitar daños a largo plazo resolviendo esta materia de una forma justa y equitativa que reconozca que todos intentamos hacer lo adecuado, a pesar de lo hiciéramos de forma imperfecta", añadió.
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