Ante cientos de periodistas de medios europeos, latinoamericanos y norteamericanos, el presidente del BBVA, Francisco González, presentó ayer el plan estratégico de innovación y transformación de la entidad, que prevé una inversión en tecnología de 5.600 millones de euros en un período de tres años. Según sus palabras, el objetivo del programa es aumentar un 20% el número de clientes (8,5 millones más), incrementar la productividad de la entidad en un 15%, y mejorar la eficacia en un 20%, hasta situarla por debajo del 35%.
Para cumplir estos objetivos, el banco implementará la última tecnología e intentará optimizar hasta el límite el rendimiento de los empleados. Definirá también aquellas tareas y funciones puramente «fabriles» y mecánicas para externalizarlas, «en España o en cualquier otro lugar del mundo». El banco no ha calculado cuántas personas trabajan en estos momentos en estos servicios no «fundamentales», pero no prevé que la nueva estrategia lleve aparejado un proceso de prejubilaciones como los conocidos hasta la fecha. «Sí habrá movimientos de miles de empleados hacia otros puestos de trabajo, de mayor contacto con el cliente», explicó el director de medios y recursos humanos.
Compañía global
González reiteró en varios momentos de su intervención que el BBVA quiere «crear valor en todo el mundo», por lo que el concepto de entidad financiera tiene que transformarse en el de gran compañía global de servicios, tanto financieros como no financieros. El banco, advirtieron tanto el presidente como el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, tiene que ser capaz de dar respuesta a las necesidades de sus clientes, tanto si son personas físicas como empresas. El BBVA, a través de sus diversas marcas, venderá de todo: desde cuentas de ahorro hasta créditos y préstamos, pasando por coches, motos, seguros, artículos para el hogar e incluso actividades de ocio.
Los potenciales clientes se integran en todo tipo de clases sociales (bajas, medias y altas), son de todas las edades, y piden respuestas las 24 horas del día y los siete días de la semana, por lo que es necesario potenciar los diferentes canales de comunicación e implementar «dosis masivas de tecnología».
Los cambios también llegan al concepto de sucursal. Francisco González y su equipo están dispuestos a rentabilizarlas hasta el límite. «Tenemos que saturar el metro cuadrado de oficina y hacer del BBVA una gran compañía de servicios volcada en hacer la vida más fácil a las personas, a hacer posibles sus deseos», indicó el presidente.
Los comentarios están cerrados.