El perfil del trabajador inmigrante por cuenta propia es el de una mujer de unos 41 años de edad de origen chino o pakistaní, empleada en el sector del comercio, según el estudio 'El empresario inmigrante en España' presentado hoy por la Fundación 'La Caixa'.
El estudio, elaborado por la catedrática y la doctora de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carlota Solé y Sonia Parella, respectivamente, y el doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Salamanca, Leonardo Cavalcanti, toma como referencia tres barrios paradigmáticos de España: El Raval (Barcelona), Lavapiés (Madrid) y Russafa (Valencia).
Entre sus conclusiones, destaca que, de los casi 241.000 inmigrantes afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en 2006, el 52,2% eran mujeres, mientras que el 47,8% eran hombres.
Según el estudio, la dificultad de muchas mujeres inmigrantes para conseguir empleos asalariados "les empuja a plantearse proyectos empresariales". Además, los cambios demográficos y la crisis del modelo de familia tradicional han supuesto, señala, la proliferación de empresas especializadas en el suministro de servicios de infraestructura de los hogares y cuidado de las personas.
Por otro lado, la edad media de los inmigrantes autónomos (41 años) no se corresponde con la juventud que caracteriza al colectivo inmigrante en general, ya que la decisión emprendedora se suele tomar "después de una dilatada experiencia del trabajador como asalariado", según Parella.
Esta misma circunstancia explica que las nacionalidades más emprendedoras en España sean la china y la pakistaní, que predominan frente a las nacionalidades de reciente introducción en España.
No obstante, el tiempo de asentamiento de cara a tomar una iniciativa empresarial es importante, según el estudio, por cuanto la mayor parte de los inmigrantes autónomos se nutren originalmente de los "recursos étnicos" en forma de ayudas dentro del colectivo basadas, en muchos casos, en relaciones de "confianza", según Solé. En otros caso, apunta, se benefician de redes de avalistas que sirven de garantía para las entidades bancarias.
Por otro lado, el 30,3% de los inmigrante empleados por cuenta propia se dedican al comercio, por delante de la hostelería (19,8%), la construcción (16,2%) y las actividades inmobiliarias y de alquiler (14,7%).
Concretamente, el abandono del pequeño comercio por parte de la población autóctona supone una oportunidad para la inmigrante que, ante las dificultades para incorporarse al mercado laboral asalariado, deciden iniciar su propio proyecto laboral.
RAZONES Y MOTIVACIONES.
Por otro lado, el estudio señala una serie de condiciones coyunturales que han favorecido la expansión del fenómeno emprendedor entre los inmigrantes. La primera, "el declive de la fabricación en masa", que apunta hacía una expansión de las pequeñas empresas, lo que genera un importante espacio empresarial.
Asimismo, apunta que "la concentración residencial de los propios inmigrantes explica el surgimiento de demandas de productos y servicios específicos". Al mismo tiempo, el uso comercial de los grupos étnicos y sus símbolos ha dado lugar a nuevas formas de negocio.
Según los autores del estudio, todos estos factores han dado lugar a diversos tipos bien definidos de comercio, como las empresas de "orientación étnica", que nacen para proveer a la propia comunidad inmigrante de productos inexistentes en España (periódicos, comida típica, música, etc.).
En esta misma línea se encuentran las "empresas circuito", organizaciones transnacionales que permiten a la comunidad mantener regularmente contacto con sus países de origen. Es el caso de locutorio, servicios de mensajería, etc.
En este punto, Parella precisó que, se está produciendo una "trasvase" de las remesas de estas empresas a las entidades bancarias debido a que sus precios son menores y aportan mayor seguridad.
Por último, el estudio establece otros dos tipos de empresa, aquellas que "explotan lo exótico" y las "empresas generalistas", que pretenden desmarcarse de una modelo étnico cada vez más saturado.
VISIÓN POCO INFORMADA.
Por su parte, Solé criticó una "visión poco informada" de los inmigrantes que da lugar al "oscurantismo" con que, en muchas ocasiones, se perciben sus actividades empresariales. Así, tras asegurar que cumplen con las misma legislación que los empresarios autóctonos, resaltó su potencial como creadores de empleo en un futuro.
Además, precisó algunas "consecuencias positivas" del fenómeno emprendedor entre los inmigrantes, como la "revitalización del comercio y de los servicios de proximidad en los barrios", al ocupar el lugar que abandonan los pequeños comercios autóctonos.
En este sentido, aclaró que no existe ningún "impacto negativo" de los pequeños comercios regentados por inmigrantes sobre los de los autóctonos ya que, dijo, vienen a cubrir necesidades demandadas por la sociedad que actualmente no se cubren, como es el caso de horarios más dilatados.
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