Las 783 empresas de seguridad activas tienen graves problemas para cubrir vacantes de vigilante. La patronal del sector (Aproser) cuantifica en 21.000 trabajadores las necesidades de las empresas. Los sindicatos afirman que los sueldos que cobran, propios de un mileurista, no son atractivos.
Estos salarios acaban de recibir una corrección del Tribunal Supremo. A raíz de un recurso contra el convenio, el Supremo ha fallado en contra del precio de las horas extras, de 7,41 euros, al estimar que está por debajo de la hora ordinaria. Los firmantes del convenio se reunirán el próximo jueves para buscar una solución a un contencioso que puede costar 350 millones de euros a las empresas, según el sindicato USO.
Con los sueldos bajos, las horas extras "son imprescindibles para cobrar un salario en condiciones", según Yolanda García, de UGT. Muchos empleados acaban trabajando 300 horas al mes en lugar de las 162 ordinarias, lo que causa problemas familiares y numerosas separaciones.
El sueldo base está situado en unos 15.000 euros al año, aunque con los complementos se incrementa. Sin embargo, un operador de un centro receptor de alarmas percibe 781 euros al mes. Los empresarios responden las críticas sindicales con datos: el sueldo bruto de un vigilante ha subido un 35% en seis años, muy por encima del 18% de la inflación.
Una de las últimas pruebas de fuego para el sector fue la apertura de la nueva terminal del aeropuerto de Barajas, para la que fue necesario contratar a 500 vigilantes, según el secretario general de Aproser, Eduardo Cobas.
A los salarios poco atractivos se unen las obligaciones legales, que pueden tardar seis meses e incluyen un periodo de formación de seis semanas, una prueba y la concesión de la licencia por parte de la Administración. Los empresarios han reclamado la posibilidad de contratar a extracomunitarios, como hace el Ejército.
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