Una mujer de 44 años que dependía de un aparato de respiración asistida murió horas después de que la compañía eléctrica cortara el servicio de la luz en su domicilio, en la ciudad neozelandesa de Auckland, por no pagar la factura, informaron hoy los medios locales.
Folole Muliaga, maestra de escuela y madre de cuatro hijos, murió el martes, pese a advertir al técnico de la "Mercury Energy" que la desconexión acarrearía el apagón del aparato de oxigeno del que dependía para respirar.
Me limito a cumplir con mi trabajo
El portavoz de la familia, Brendan Sheehan, declaró que el técnico respondió que se estaba limitando a cumplir con su trabajo, y que abandonó el domicilio tras desconectar la electricidad.
La mujer, que había dejado su trabajo a causa de una enfermedad, fue asistida por varios médicos que no pudieron hacer nada para salvar su vida.
James moulder, director general de Mercury, declaró que la compañía restauró la electricidad en la vivienda, y que hace todo lo posible para investigar lo sucedido.
La policía investiga también el suceso y estudia presentar cargos criminales contra el técnico o contra la firma, que es subsidiaria de la estatal "Mighty River Power".
Por su parte, el vicepresidente del partido opositor Nueva Zelanda Primero, Peter Brown, instó a la policía a considerar una acusación de homicidio sin premeditación, o de asesinato contra los responsables, si se prueba que la víctima murió a causa del corte eléctrico y añadió que nadie debe morir por no pagar la factura de la luz.
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