El Banco de España cree que existe una "relación negativa" entre la movilidad interregional y geográfica de los trabajadores y la vivienda en propiedad. De hecho, asegura que el régimen de tenencia de la vivienda (propiedad, alquiler privado y alquiler social) constituye una variable "muy significativa" estadística y económicamente para explicar por qué se acepta un empleo en otra región que implica a su vez un cambio de residencia.
De esta forma, el Banco de España señala en su último boletín económico que los inquilinos de viviendas privadas son el grupo poblacional que más dispuesto se muestra a 'mudarse' a otra región por un nuevo trabajo. Por el contrario, los propietarios y arrendatarios de viviendas sociales presentan una mayor resistencia a la movilidad geográfica que los inquilinos de viviendas privadas.
Ello se debe a que, a la hora de abandonar la vivienda, los gastos de los primeros son más elevados por los costes de transacción soportados o por la pérdida de alquileres subvencionados.
Según el Banco de España, los propietarios son más reacios a aceptar un empleo en una zona geográfica que suponga un cambio residencial. La probabilidad de 'coger' un empleo en otra localidad disminuye adicionalmente para los propietarios que tienen pendientes pagos por la compra de la vivienda. De hecho, esa posibilidad es prácticamente nula para quienes tienen que hacer frente a préstamos hipotecarios.
De forma similar, el alquiler de viviendas sociales también afecta negativamente a la transición desde el desempleo, mientras que la probabilidad de aceptar un puesto de trabajo en el lugar de residencia de los individuos "no depende significativamente" del régimen de tenencia de la vivienda.
Para un cabeza de familia varón, soltero, de 30 años, sin hijos, que vive en una casa alquilada y que lleva en paro cuatro meses, la probabilidad de aceptar un empleo en el mercado de trabajo local es del 12,5%, porcentaje que desciende hasta el 1,9% si la aceptación de la oferta de trabajo conlleva un cambio de residencia.
RELACION ENTRE PARO Y VIVIENDA
El Banco de España apunta que los países con tasas más elevadas de movilidad tienen tasas de paro más bajas y un mayor peso del alquiler como régimen de la vivienda principal.
Esta consideración, dice, es "especialmente relevante" en el caso de España, donde entre 1973 y 1995 cayó la tasa de movilidad interregional y aumentaron los diferenciales en las tasas de paro regionales. Este periodo se caracterizó además por una serie de políticas económicas "que favorecieron el acceso a la vivienda principal mediante la compra, frente al arrendamiento".
En España, el régimen de vivienda en propiedad representaba el 80,3% en 1995 y el 84,8% en 2001, alcanzando los niveles más altos de los países de la UE. La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez señala además que a pesar de la "intensa reducción" del desempleo que se ha vivido desde mediados de los 90, las disparidades regionales en tasa de paro no han disminuido entre 1995 y 2006.
El Banco de España analiza en su boletín un estudio reciente realizado en cinco países de la UE (Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido) sobre la relación existente entre las decisiones de movilidad geográfica de los trabajadores en paro y el régimen de tenencia de la vivienda.
En muchos países, las políticas de vivienda "no han sido neutrales" y han primado un tipo concreto de tenencia. Así, en Alemania y Francia el régimen de alquiler tiene un peso muy superior al de propiedad, razón que explicaría por qué sus tasas de movilidad duplican a las de España e Italia, donde predomina la vivienda en propiedad.
Para el Banco de España, el hecho de que los arrendatarios de viviendas privadas sean los más dispuestos a la movilidad demuestra "la racionalidad" de las políticas públicas encaminadas a potenciar el mercado privado del alquiler. "De ello pueden derivarse beneficios notables para mejorar el funcionamiento de trabajo y, en particular, para facilitar el encuentro entre la demanda de trabajadores y la oferta disponible en las diversas regiones", concluye.
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