La Dirección General de Tributos ha recibido un aluvión de consultas sobre cómo debe aplicarse la nueva norma, y en sus respuestas ha dejado entrever que va a ser inflexible. Algo que contrasta con los mensajes tranquilizadores que lanzan algunas empresas del sector, que aseguran a sus clientes que las cosas continuarán más o menos como antes.
Como se recordará, el principal cambio que introduce la norma –aparte de subir el límite diario a 9 euros- es que “la cuantía no consumida en un día no podrá acumularse a otro día” para que estén exentos de tributación. Lo cual impide que los empleados gasten los talonarios cuando y como quieran, y no necesariamente en la comida de cada día laborable. Además, exige a las empresas llevar un registro de la fecha en que se entregan los cheques a cada empleado y la imposibilidad de obtener el reembolso en dinero del dinero que sobre (las ‘vueltas’).
El objetivo de estas restricciones es que estos cheques cumplan exclusivamente su función de ser una alternativa a los comedores de empresa, de forma que si un trabajador no va un día a almorzar al comedor de la compañía, no come dos veces al día siguiente. De esta forma, evita que se conviertan en un sobresueldo libre de impuestos. Por eso, es lógico que la interpretación de Tributos no flexibilice los requisitos del texto.
Sin embargo, algunas empresas del sector apuestan por lo contrario. Por ejemplo, Accor ha colgado en su web una carta a sus clientes, que ha elaborado con el asesoramiento del bufete Garrigues, en la que asegura que la mayoría de los requisitos ya se está aplicando y que las novedades son mínimas. Su afirmación más llamativa es que, para que la empresa cumpla con la exigencia de que los tickets no sean acumulativos, bastará con que “controle que al final del ejercicio el trabajador haya recibido, como máximo, lo equivalente al número de días trabajados”.
Es decir, a su juicio, la empresa puede seguir entregando los talonarios de cheques cada mes (o cada año, como hacen algunas) y el trabajador podrá gastarlos como quiera, siempre que, al final del ejercicio, no haya recibido más cheques que días trabajados. “El nuevo reglamento no hace referencia a la obligación de incluir el día de utilización del ticket”, que es el aro por el que no quiere pasar el sector por los costes que conlleva.
Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que Hacienda va a considerar la fecha de entrega del vale como la fecha en que se puede utilizar; es decir, que los cheques tendrán que utilizarse el mismo día en que se reciben por el trabajador, lo que en la práctica obliga a las empresas a entregarlos diariamente, o a incluir la fecha de caducidad en cada vale.
Además, otros bufetes discrepan de la opinión de Garrigues. Es el caso de Cuatrecasas que, en un informe elaborado para la Asociación Española de Emisores de Vales de Comida, recomienda a las empresas que “soliciten a los trabajadores la devolución física de los títulos que no deben ser utilizados según indica la norma y que conserven una relación de estas devoluciones”. Lo que implica que, aun en el caso de que Hacienda permita que los cheques se entreguen en bloque y no individualmente, la empresa exija a los trabajadores que se gasten el vale cada día o que lo devuelvan para que no pueda ser acumulado para otro día.
Prudencia para evitar inspecciones
El temor de las empresas que dan este servicio a sus empleados es que la Inspección de Hacienda les sancione por no cumplir correctamente la normativa. En este sentido, Cuatrecasas considera que la empresa no puede ser sancionada por el uso incorrecto de los cheques por parte del empleado. Ahora bien, esto sería así siempre que la empresa ponga todos los medios a su alcance para impedir el abuso (el informe habla de “diligencia extrema”), ya que de lo contrario puede ser acusada de negligencia y sancionada.
Para que no quepa esa posibilidad, los medios son muchos: los vales con caducidad diaria -aunque supongan un engorro para las firmas emisoras de los cheques-, repartir los vales diariamente, tener restaurantes concertados en la zona donde se encuentre la empresa, y el uso de tarjetas, el sistema que está llamado a imponerse porque ofrece la posibilidad de limitar el gasto máximo diario a los famosos 9 euros y poner una fecha tope para su desembolso.
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