Las gasolineras italianas iniciaron ayer a las 19,30 horas una huelga de 48 horas para protestar contra el diseño de la Ley que impulsa el Gobierno de Romano Prodi y que tiene como objetivo liberalizar el sector.
Todas las gasolineras del país están llamadas a participar en la huelga, que terminará el viernes a las 7,00 horas. Los distribuidores ubicados en las autopistas, en cambio, iniciaron el paro a las 22,00 horas del martes y la finalizarán el jueves 7 de junio a la misma hora.
Algunas gasolineras del Norte del país, así como las de las provincias de Verona, Venecia, Padua o Treviso, anunciaron su decisión de no adherirse al paro.
El ministro del Desarrollo Económico, Pierluigi Bersani, manifestó el martes su desagrado ante la convocatoria de esta huelga, que calificó como una "reacción exagerada" a la nueva norma sobre las privatizaciones, que actualmente está siendo discutida en la Cámara Baja italiana y que, entre otras cosas, se propone flexibilizar los horarios del servicio.
En un principio, los sindicatos convocantes habían previsto una huelga de tres días, pero, después de reunirse con el presidente de la Comisión de Garantía, Antonio Martone, aceptaron reducirla a dos.
La huelga de gasolineras constituye el enésimo paro relacionado con la movilidad que convocan los sindicatos italianos, después de las incesantes huelgas de los trabajadores de Alitalia y la que protagonizaron los taxistas el pasado 31 de mayo.
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