El índice de estabilidad en el empleo aumentó cinco puntos en Cantabria en los nueve primeros meses de aplicación de la reforma laboral (desde julio de 2006 a marzo de 2007), situándose en el 69,8%, frente al 64,8% que se tenía de partida antes de entrar en vigor la reforma.
Así se pone de manifiesto en un informe elaborado por la Dirección General de Trabajo del Gobierno cántabro, al que tuvo acceso Europa Press, en el que se constata además que el impacto de la reforma en la región fue superior al registrado en el conjunto nacional, ya que en España en los nueve primeros meses de la reforme se registró un incremento de 3,1 puntos en la estabilidad, que pasó del 63,7% en julio de 2006, a un 66,8% nueve meses más tarde.
Según Trabajo, el caso cántabro es además significativo, no sólo por el aumento de la estabilidad por encima de la media, sino también por el valor añadido que supone haber conseguido esos datos partiendo de una mejor situación inicial, ya que en la región había más porcentaje de contratos indefinidos que en el conjunto nacional y ahora se ha acentuado más la diferencia.
Analizando la estabilidad por sexos, crece en ambos, tanto en Cantabria como en España, pero mientras en el conjunto del país el aumento fue mayor entre las mujeres que entre los hombres, en la comunidad autónoma ocurrió a la inversa.
La estabilidad del empleo femenino se elevó en Cantabria en 4,7 puntos, hasta situarse en el 67,7%, y el masculino, por su parte, se situó en marzo en el 71,3%, tras registrar una subida de 5,3 puntos. Mientras tanto, en España creció la estabilidad 5,1 puntos entre las mujeres (hasta el 66,6%) y 1,7 puntos entre los varones (hasta el 66,9%).
En la región, además de las mejoras alcanzadas en esos nueve meses Trabajo augura una "tendencia alcista" en la contratación indefinida, tanto de personal femenino como masculino.
TIPOS DE CONTRATOS
De los contratos que se transformaron de temporales a indefinidos en Cantabria desde julio de 2006 a marzo de este año, la mayor parte correspondía a contratos eventuales o por circunstancias de la producción y otro número también importante a contratos por obra o servicio.
En cuanto al tipo de jornada, el 80% eran a jornada completa, el 18% parcial y el 2% eran fijos discontinuos. Por sexos se aprecian algunas diferencias, ya que entre las mujeres los contratos a tiempo completo representaron el 62% de las conversiones, los parciales el 35% y los fijos discontinuos el 3%. En cambio, entre los hombres el 93% de los contratos convertidos eran a tiempo completo, el 6% parcial y un 1% fijos discontinuos.
Por edades, los más beneficiados por la reforma laboral fueron los jóvenes. Entre los hombres, los contratos a trabajadores de entre 25 y 29 años supusieron una cuarta parte de las conversiones, prácticamente como en el grupo de 30 a 39 años. Además, un 15% de las transformaciones de contratos correspondieron a menores de 25 años.
En el caso de las mujeres, el mayor volumen de conversiones se dio en la franja de edad de 30 a 39 años (que concentró el 29% de los contratos transformados), seguida del grupo de 25 a 29 años (26%) y de las menores de 25 años (22%).
Finalmente, por lo que respecta al peso de las conversiones dentro del total de bonificaciones concedidas a contratos en ese periodo, el informe constata que las transformaciones de contratos supusieron el 58% de los contratos bonificados en esos nueve meses en Cantabria y el 54% en el conjunto nacional.
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