En la víspera del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha podido constatar que decenas de millones de niños y niñas trabajan en plantaciones de todo el mundo, pero otras actividades como el servicio doméstico, los talleres textiles, los puestos de comida o la prostitución se nutren también de mano de obra inocente.
La región de Asia y el Pacífico, que incluye tres de los países más poblados del mundo, China, India e Indonesia, tiene el nivel más alto de niños trabajadores del mundo.
Cerca de 122 millones de menores de edades comprendidas entre los 5 y 14 años de edad forman parte de la legión de obreros infantiles en Asia-Pacífico, según la OIT, organismo que calcula, además, que que la mitad de los niños explotados desempeñan trabajos considerados peligrosos.
La sociedad internacional 'Amicus the Union', comprometida con la promoción de las buenas condiciones laborales, denunció que 'todavía el 64 por ciento de los niños trabajadores son de la región Asia-Pacífico'.
Según esta organización no gubernamental, el número de menores explotados descendió en cinco millones entre 2000 y 2004.
De acuerdo a un estudio socioeconómico de las autoridades de Indonesia en 2003, más de 1,5 millones de niños indonesios de entre 10 y 14 años formaban de la fuerza laboral en ver de ir al colegio.
Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo con 240 millones de habitantes.
La mayor parte de los niños explotados en Indonesia y otros países del sudeste de Asia residen en las áreas rurales y trabajan en la agricultura y la ganadería. Hay un pequeño porcentaje en las industrias y la pesca.
En la India, hay unos 12,6 millones de niños atrapados en las redes del tráfico infantil (más del 1 por ciento de la población), según datos gubernamentales, aunque la Save the Childhood Foundation eleva esta cifra a 60 millones.
Estos niños se ven obligados a trabajar en la agricultura o en el ámbito doméstico y muchos de ellos se ven involucrados en el negocio de la prostitución.
El trabajo infantil es uno de los caballos de batalla del Gobierno indio, que aprobó una ley a finales de 2006 para prohibir trabajar a los menores de 14 años, aunque aún está por ver su aplicación en un país que tiene entre 350 y 400 millones de personas bajo el umbral de la pobreza, según datos de las Naciones Unidas.
En Egipto, y en el contexto exclusivamente laboral, se considera 'menores' a los que tienen menos de 14 años, pues de 14 a 16 es legal el trabajo de los niños como 'aprendices'. El parlamento estudia una nueva ley para subir la edad laboral mínima a los 16.
De la franja de edad entre 6 y 14 años, se calcula que el nueve por ciento de los varones y el 6 por ciento de las niñas realizan algún tipo de trabajo, no siempre remunerado, pues muchas veces es en el contexto familiar, y particularmente en el campo.
De hecho, es muy frecuente en el campo egipcio que los niños abandonen de forma intermitente la escuela para la cosecha del algodón, pero una vez terminada esta, los niños vuelven a la escuela.
En cuanto a los niños asalariados -con un trabajo regular-, los varones suelen ser empleados en talleres mecánicos, herrerías y cafés, con horarios de hasta 12 horas al día, mientras que las niñas son frecuentemente contratadas en factorías textiles en horarios algo más benignos.
En el Líbano, un estudio llevado a cabo por el ministerio de Asuntos Sociales, en 2005, censaba a 31.712 niños que trabajan con edades comprendidas entre los 10 y los 17 años, de los que un 86% son varones y un 13,9% niñas.
El norte del Líbano presenta la tasa mas alta de niños que trabajan, en especial en Trípoli, Akkar, Menie y Bab Tebbane.
La mayoría de ellos hacen trabajos manuales que exigen poca o ninguna cualificación, como trabajos mecánicos, de carpintería, recolección de basura, limpieza y venta ambulante.
Respecto a la protección del niño, el Parlamento votó en 1996, un decreto en el que prohíbe los trabajos de riesgo para niños de 16 años. Con anterioridad elevó la edad legal del trabajo de 8 a 13 años.
En Siria, según UNICEF, muchos niños se han visto empujados a entrar en el mercado de trabajo a causa de la pobreza y el analfabetismo. Esta situación es especialmente grave en las zonas rurales.
El organismo de la ONU calcula que hasta un 8 por ciento de los niños sirios trabaja. Aún así muchos de los menores que se ven obligados a trabajar acuden a la escuela de forma regular.
La educación primaria es obligatoria en Siria y, según varios estudios, la tasa de niños escolarizados se sitúa entre el 98 y el 99 por ciento.
El Gobierno sirio prohibió en 2001 que los niños menores de 15 años trabajen en la industria pesada.
En América Latina, según el censo elaborado en 2005 en Nicaragua, de un total de 681.548 niños entre 10 y 14 años, 53.643 pertenecen a la Población Económicamente Activa (PEA): 46.029 niños y 7.614 niñas, la mayor parte del sector rural.
Los empleos más comunes de los niños en Nicaragua son vender en puesto fijo o ambulante, lavar, planchar, coser, hacer y vender pan, tortillas, dulces y artesanías, trabajar como ayudante, aprendiz, obrero, peón, o en labores agrícolas y pecuarias.
En Perú, el 70 por ciento de los niños y adolescentes que realizan alguna actividad económica trabajan en el sector agrícola bajo condiciones de explotación y además, su salud está en riesgo debido a que están en contacto permanente con químicos para fumigación, de acuerdo al Ministerio de Trabajo.
El resto de los 2,5 millones de niños trabajadores en Perú, a quienes muchas veces se les impide estudiar y realizar actividades propias de su edad, se dedican también al comercio ambulante, al servicio doméstico o a la producción de ladrillos.
La OIT también ha alertado de que unos 50.000 menores trabajan en minas artesanales en Perú, mientras que cifras oficiales revelan que al menos 9.600 niños y adolescentes son explotados sexualmente en ese país.
En Paraguay, de acuerdo con los últimos datos oficiales, de 2004, 23 de cada 100 niños o niñas de 5 a 17 años realizan alguna actividad económica en las zonas rurales, porcentaje que se reduce al 13 por ciento en las áreas urbanas.
El mismo estudio desvela que en 2001 existían 288.000 niños trabajadores en todo el país, mientras que en 2004 esa cifra aumentó a unos 338.000.
En Uruguay, el trabajo infantil bajó del 6,5 por ciento al 6,1 por ciento entre 1999 y 2007, según cifras oficiales.
Aproximadamente 42.000 niños de entre 5 y 15 años trabajan en el país, a pesar de que la legislación uruguaya prohíbe que lo hagan los menores de 15 años.
El presidente del Instituto de la Niñez y la Adolescencia del Uruguay, Víctor Georgi, afirmó que las cifras de trabajo infantil 'son preocupantes' y destacó que es 'difícil revertirla debido a que casi siempre se trata de trabajos en sectores informales'.
En Costa Rica, es ilegal el trabajo en menores de 15 años, y los adolescentes de 15 a 18 deben tener una jornada especial de trabajo menor a la de los adultos.
Las principales actividades donde se emplean los menores de edad son la agricultura y el comercio, y en el caso de las niñas también el servicio doméstico.
Según una fuente del Ministerio de Trabajo de El Salvador, en 2004 se manejaba que unos 30.000 niños estaban involucrados en actividades clasificadas dentro de las 'perores formas de trabajo infantil'.
Aunque en la actualidad no se cuenta con cifras exactas del número de infantes que podrían estar involucrados en actividades productivas, diversas fuentes afirman que la cifra asciende a unos 300.000 infantes.
El ministerio de Trabajo afirma que en el país predominan como 'las peores formas de trabajo infantil' la corta de la caña de azúcar, la recolección de curiles (moluscos) en los manglares, la recolección de desechos en los basureros, la elaboración de pirotécnicos, así como otros que son explotados sexualmente.
Cifras oficiales indican que en los últimos años, a través de programas de inserción escolar y capacitación técnica, entre otros, unos 12.000 niños han dejado de dedicarse a este tipo de trabajo.
El primer mundo tampoco es ajeno a este problema. En Italia, el trabajo infantil afecta a más de 400.000 niños de entre 7 y 14 años, según el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IRES), cifra muy por encima de los 144.000 que calculaban los datos oficiales en 2002.
El IRES, fundado por el sindicato mayoritario CGIL (de tendencia comunista-socialista), indica que el sur de Italia es la zona con más trabajo infantil, pues en ella se concentra entre el 30% y el 35% de estos trabajadores.
Un 'grave malestar' dentro de las familias, la economía sumergida y la pobreza del entorno 'que genera necesidades primarias' son algunas de las causas de este fenómeno en Italia, según un estudio publicado hoy tras entrevistar a 1.918 asesores laborales del país.
En Francia, los menores de 16 años no pueden trabajar legalmente, puesto que la escolaridad es obligatoria hasta esa edad. No obstante, existe el régimen de aprendizaje, en el que los menores de 14 a 16 años compaginan una formación profesional en un centro de enseñanza con prácticas en las empresas.
Los jóvenes aprendices tienen estatuto de escolares, no un contrato laboral, pero no pueden trabajar por la noche y además tienen la posibilidad de renunciar en todo momento a la práctica laboral.
En Portugal hay una iniciativa estatal denominada 'Plan para Eliminar la Explotación del Trabajo Infantil' que depende del Ministerio de Trabajo y promueve, desde 1998, la vigilancia y desaparición de la actividad laboral efectuada por menores.
Según los últimos datos oficiales, en 2001 trabajaban 24.000 niños portugueses.
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