El comercio de Ambato corre muy rápido, por eso existen momentos en que los y las empresarias frenan y buscan un rincón en la ciudad para relajarse. El parque El Sueño, al noroccidente de Ambato, es ese espacio que les permite desconectarse del negocio y unirse a la naturaleza y al ejercicio.
Empresarios, gente de negocios e incluso amas de casa dejan sus vestimentas formales por la comodidad de la ropa deportiva.
El calor y el ritmo contagiante de la música alegran las frías mañanas ambateñas y marcan el inicio de una nueva jornada. Los lunes, los miércoles, los viernes y los sábados son días donde se practican los aeróbicos y terapias, como ejercicio de desestrés.
Entre 50 y 60 personas mueven sus cuerpos desde las 07:00. El miércoles es el día de mayor afluencia, donde la gente practica la ‘rumboterapia’.
Se conversa muy poco sobre negocios, más bien la gente que asiste privilegia los lazos de amistad mientras derrocha energía.
Los especialistas consideran que esta tendencia gana adeptos en Ambato. “Dentro de toda la masa social, este es uno de los tantos subgrupos que se forma con un fin: hacer deporte”. Así explica el fenómeno el sociólogo Patricio Ramírez. De acuerdo a su explicación, en esos espacios se une gente con nivel e interés social similar.
Todos los días hay movimiento comercial en Ambato. Solo el lunes se registran siete ferias. Ramírez cree que la mitad de la semana es el mejor día para que los empresarios se ejerciten.“El gran flujo comercial de las ferias es los lunes y el estrés aumenta con los números que se mueven. La mejor solución a esta carga es la ejercitación”, manifiesta.
Por eso esta nueva fórmula para desestresarse, salir de la presión laboral y hacer nuevos amigos se aplica en Ambato desde hace tres años. Ahora, este espacio es considerado una ‘tradición deportiva’.
Silvia González es administradora de un centro comercial. Su rutina diaria empieza desde las 06:30. “A esa hora todos desayunamos en mi casa porque primero son mis ejercicios”, cuenta la mujer de 42 años. A diferencia de las oficinas, aquí no hay un control de ingreso y de salida. Solo les impulsa el hacer actividad física y la recreación. También separan su productividad comercial con su forma física. Verónica González y Bertha Cabrera aceptan estar enviciadas con esta práctica de ejercicios. Ambas son ejecutivas de empresas locales.
El estar fuera de la rutinas normales que causan estrés y depresión es una motivación psicológica para llegar a bailar, caminar y mover sus cuerpos. El psicólogo ambateño Edmundo Paredes considera que las personas de negocios se juntan para desestresarse por un sentido de pertenencia. “No van a un gimnasio porque no entra en su distribución de tiempo y no se sienten identificados, por eso buscan a sus pares”.
Pero si los empresarios que llegan a esta zona hacen de Ambato una ciudad comercial, Milton Martínez es el responsable de convertir al parque en una pista de aeróbicos improvisada. “El equipo de audio móvil es mío”, dice orgulloso, mientras recibe el reconocimiento de los asistentes.
“La gente apoya económicamente para pagar a los tres instructores que vienen durante la semana”, añade Martínez. Aunque no revela la cantidad de dinero que se recoge.
Margarita Martínez, hermana de Milton, tiene la función de hidratar a los asistentes con jugos naturales. El negocio es de ambos hermanos, quienes también aprovechan las mañanas para hacer ejercicio y ganar dinero.
El sol empieza a abrigar el sector. Los hogares y las oficinas son la siguiente parada de los deportistas que encontraron este espacio de la ciudad para ejercitarse. Luego de las 08:30 los estacionamientos ya son desocupados para regresar a la siguiente jornada.
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