Estos datos suponen un aumento muy significativo respecto a años anteriores, que se pueden cifrar en casi el doble que en 2003, donde hubo sólo 325 inmigrantes que pudieron buscar trabajo en la ciudad. Este programa de empleo facilitó que de estos 731 inmigrantes un total de 188, es decir, el 25,8%, encontraran un trabajo estable en Miranda y no los temporales a los que la inmensa mayoría de este sector de la población está sometida.
«Un día van a la remolacha, otro a la vendimia y se pasan así los días de un lugar a otro sin nada fijo. De ahí la importancia de que más de un 18% del total de los inmigrantes que llegan a Cáritas logren algo más estable», comenta su presidente, José Antonio Pobes.
Ahora bien, recuerda que el número de inserciones laborales fue superior el pasado año con un total de 294 y que a este programa acuden sólo inmigrantes «porque los españoles tienen otros recursos a través de los servicios de empleo regionales y otras ayudas específicas de las que carece el extranjero».
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