Los trabajadores inmigrantes 'han estimulado' la economía británica, sin que su afluencia haya causado efectos negativos en el empleo o en los niveles salariales del Reino Unido, señaló el sindicato británico Trade Unions Congress (TUC) en un informe divulgado ayer.
La presencia de extranjeros que trabajan en este país ha afectado de forma positiva a la economía nacional, ya que su contribución en impuestos excede el gasto que suponen en los servicios públicos.
En su informe, la TUC también advierte de que los inmigrantes son vulnerables a los empleadores 'sin escrúpulos', que no respetan los derechos del trabajador, y subraya la necesidad de que las empresas conviertan en una 'prioridad' la asignación del salario mínimo a los extranjeros.
Desde el 2004, con la adhesión de nuevos países a la Unión Europea, el Reino Unido acogió a un gran flujo de extranjeros procedentes del este de Europa.
Este hecho hizo temer que los inmigrantes que aceptaban empleos mal pagados en sectores como la construcción, la agricultura y los servicios domésticos podrían motivar la reducción de los salarios y provocar que otros obreros poco cualificados se quedaran sin trabajo.
Según la central sindical británica, esos temores no se han justificado, debido en parte a la fuerza que ha tenido la economía británica en los últimos años.
'Los trabajadores inmigrantes están haciendo una contribución masiva a la economía británica', señaló Brendan Barber, el secretario general de la TUC.
Esos trabajadores 'no han causado un desempleo masivo y no han motivado una reducción de los precios como algunos habíamos creído', añadió.
No obstante, el sindicato advirtió del peligro que corren algunos de estos extranjeros con niveles bajos de inglés y escaso conocimiento sobre sus derechos laborales de sufrir explotación laboral.
Según Barber, no se hace lo suficiente 'para proteger a los trabajadores inmigrantes de explotación' laboral.
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