El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados de la Subcomisión de RSC, Ramón Jaúregui, se mostró convencido de que "cuando las empresas exijan a sus proveedores el cumplimiento de los códigos de conducta, se podrá empezar a luchar contra el trabajo infantil".
Jáuregui hizo estas declaraciones en el marco del I Foro 'La cooperación público-privada en la erradicación del trabajo infantil', celebrado en Madrid y organizado por la Fundación Telefónica y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el que se abordó la problemática del trabajo infantil en todo el mundo, una lacra que padecen cerca de 218 millones de niños, según la OIT.
En opinión de Jáuregui, para combatir esta epidemia es "fundamental" el papel de la RSC, "un instrumento que hay que utilizar valientemente y que tiene que presentarse como una etiqueta de excelencia". "La RSC es una oportunidad maravillosa para que las empresas sean responsables ante la sociedad de la que forman parte ya que, aunque son poderosas, también son vulnerables y, por encima de todo, quieren ser bien percibidas", insistió.
En cuanto a la influencia de la RSC en la lucha contra el trabajo infantil, Jáuregui –que comenzó su intervención recordando su primer trabajo "en una refinería de San Sebastián a los 14 años"– no sólo demandó la implantación de códigos de conducta entre los proveedores sino también "un endurecimiento de la normativa internacional".
Por su parte, el director de la OIT en España, Juan Felipe Hunt, recordó que el trabajo infantil "es un fenómeno que procede de la pobreza y genera pobreza". Según la OIT, los costes para erradicar esta pandemia rondan los 760.000 millones de dólares (casi 570 millones de euros), "pero los beneficios se multiplican por seis". "Su erradicación es rentable", apostilló Hunt, convencido de que, "aunque parezca un esfuerzo imposible, se puede acabar con el trabajo infantil".
Hunt recordó que, en el periodo comprendido entre 2003 y 2006, el trabajo infantil experimentó un descenso del 11%, lo que se traduce en 28 millones de niños menos. "Se vislumbra la salida del túnel", indicó el director de la OIT, que recordó que el objetivo de la organización que dirige es "acabar con el trabajo infantil en los próximos diez años".
"MÁS COMPROMISOS"
El Foro también contó con la presencia de Unicef que, a través de Elena Blanco, miembro del Patronato de la Fundación Unicef, exigió a los Gobiernos "más compromisos en materia de trabajo infantil". Blanco también recordó que los niños deben conocer sus derechos "para poder exigir" e insistió en la necesidad de conocer la opinión de los menores "antes de desarrollar cualquier estrategia".
Por su parte, el director de Reputación, Marca y Responsabilidad Social de Telefónica, Alberto Andreu, apostó por "ir más allá" desde el punto de vista empresarial. Andreu puso como ejemplo los ejes de actuación de Telefónica que giran en torno a los negocios –la compañía mueve 85.000 millones de euros anuales "que se deben gestionar de un modo responsable"–, la minimización de los impactos negativos, la capacidad de generar igualdad a través de sus productos, la comunicación y los programas de acción social.
En este último punto tomó la palabra el director general de Relaciones Institucionales y Fundación Telefónica, Javier Nadal, que también repasó algunos de los programas que lleva a cabo la Fundación, entre los que destacó el programa 'EducaRed' –que pretender extender el uso de las tecnologías de la comunicación a estudiantes de primaria y secundaria en España– y el programa 'Proniño' en América Latina que logró escolarizar el año pasado a 25.339 niños, contribuyendo así en la lucha contra el trabajo infantil. "El objetivo para 2007 es alcanzar los 50.000 niños escolarizados", concluyó Nadal.
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