La trabajadora del Concello destinada hasta hace unos diez días en la Gerencia Municipal de Urbanismo, Aurea Soto Lago, denuncia que sufre acoso laboral desde 1990.
Apoyada por la Asociación Galega contra o Acoso Moral no Traballo, ayer relató que todo empezó al obtener la plaza como jefa de grupo de inspección técnica de obras en ese año. Mantiene que se ha visto apartada de sus funciones, que son realizadas por un delineante, con el visto bueno de los superiores. Desde hace unos diez días ha sido trasladada a Patrimonio Histórico, donde, pese a las buenas intenciones de la jefa de ese departamento, carece de un espacio propio y de trabajo que desempeñar.
Tras la desestimación de un recurso contencioso administrativo por parte de un juzgado de Vigo y posteriormente por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la trabajadora presentará su caso al Defensor del Pueblo y estudia apelar al Tribunal Constitucional.
Entre los indicios de acoso moral laboral cita medidas de aislamiento social, como impedir las relaciones profesionales con otros compañeros, el hecho de que se le encomienden tareas inferiores a su categoría profesional y que en otras ocasiones se le cargue de trabajo, el ninguneo por parte de sus subordinados, constantes traslados, y la negativa del tratamiento de jefa de grupo de inspección. El colmo, dice, fue cuando en el 2006 fue trasladada la fotocopiadora a la oficina donde ella se encontraba por motivos de ventilación, mientras que a ella la enviaron al cuarto de la fotocopiadora. Asegura que todas estas situaciones le han provocado una serie de enfermedades.
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