El ‘detector de mentiras’ dejó de ser ese instrumento exclusivo de los casos policiacos o de organismos de inteligencia. El polígrafo ahora se introduce en la escena laboral.
Someterse a esta prueba es uno de los requisitos que algunas empresas ecuatorianas están exigiendo dentro de sus procesos de preselección de personal, a más de usarlo como herramienta de investigación en supuestos delitos en los que se sospecha de empleados.
Se estima que en los últimos cinco años se han efectuado en el país más de 8.000 exámenes de polígrafo tanto para selección de personal como para casos específicos dentro de empresas privadas.
Con varias técnicas e instrumentos ‘detectores de mentiras’, unas diez firmas y profesionales ofertan el servicio en Quito y Guayaquil. Entre estas se encuentran Detecta Investigaciones, Inforc Ecuador, Laar Consulting, Wackenhut, Pedro Pablo Huerta y otros.
La empresa Ecuaveraz, por su parte, hace pruebas con un sistema de detección de ‘mentiras’ por el estrés de la voz.
Quienes están contratando los exámenes poligráficos o de registro del estrés de la voz son importantes firmas del sector azucarero, de conservas, aerolíneas, bancos, transportación de carga y fabricantes de productos de consumo masivo.
Estas solicitan los exámenes, especialmente, cuando intentan contratar personal para el desempeño de puestos de confianza, manejo y custodia de valores. También para chequeos periódicos a los empleados.
Pedro Huerta, quien en los últimos cuatro años ha efectuado unos 600 exámenes poligráficos, dice que las empresas contratan este tipo de pruebas para averiguar si el postulante ha tenido problemas de drogas, deudas o juegos. Incluso algunas lo hacen para determinar si el interesado es enviado por la competencia para obtener información, entre otros temas.
El examen del polígrafo, que es un método de detección de los cambios psicofisiológicos involuntarios producidos en el organismo ante la percepción de una amenaza asociada al estrés, que se origina cuando un sujeto oculta la verdad, oscila entre los 125 y 180 dólares.
Iván Calderón, gerente de Detecta Investigaciones, sostiene que para la preselección de personal no se involucra al postulante sin que este previamente haya aceptado voluntariamente el proceso.
Para las autoridades laborales, el uso del polígrafo no pasa desapercibido. Eduardo Cabrera, director regional de Trabajo, estima que desde hace tres o cuatro años las empresas, especialmente multinacionales, recurren al polígrafo. “Es una tendencia que viene de Europa y EE.UU. para asegurar que la información (que reciben en la preselección) sea la correcta y no sean engañados”.
Cifras
180
Dólares. Ese monto puede costarle a una empresa cada prueba poligráfica. El rubro varía por el volumen de pruebas que se soliciten. Según poligrafistas, los hombres son los que con más frecuencia acceden a ellas.
425
Exámenes. La empresa Ecuaveraz, que opera en Guayaquil con el ‘detector de mentiras’ a través del estrés de la voz, ha efectuado ese número de pruebas. Unas 350 han sido para preselección laboral.
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