Un total de 146 hombres senegaleses empezarán las próximas semanas un curso de formación en su país sufragado por el Ministerio de Trabajo español para, en cuanto lo terminen, firmar un contrato y trasladarse a España para trabajar como marineros en pesqueros de bajura. Una buena parte de ellos recalará en Catalunya, donde patronos de embarcaciones de las cofradías de Roses (Alt Empordà), Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) y El Port de la Selva (Alt Empordà), entre otras, han solicitado beneficiarse de un proyecto pionero de formación y contratación de inmigrantes en origen.
La diligencia con la que se ha puesto en práctica un proyecto hasta ahora muy incipiente es fruto del reciente encuentro en Dakar –el 22 y 23 de junio– entre una delegación de empresarios españoles, avalados por la presencia de los ministros de Trabajo e Interior, y el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade.
El secretario general de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, José Manuel González, uno de los empresarios que viajó a Dakar, confirmó ayer que 86 empresarios propietarios de embarcaciones han propuesto 146 ofertas de puestos de trabajo para hombres senegaleses. "En su mayoría son patronos de puertos del Mediterráneo, básicamente de Catalunya, la Comunidad Valenciana y Andalucía".
GRUPO PIONERO
El representante de los cofrades españoles confirmó la inminencia del inicio de los cursos de formación en Dakar, pendientes de estampar la firma en el convenio con el Ministerio de Trabajo.
González, que informó de que los futuros marineros ya están preseleccionados, se mostró esperanzado en que esta fórmula funcione. "Pueden ser un primer grupo que abra la puerta a muchos más", aseguró González, que apuntó la necesidad acuciante de mano de obra en el sector pesquero.
La pesca de bajura necesita a los inmigrantes para seguir subsistiendo. Seriamente amenazado por la falta de personal, el sector ve cómo extranjeros recién llegados se interesan por esta dura labor que los autóctonos rehúsan cada vez con más frecuencia. Pero un muro insalvable evita que este flujo de oferta y demanda confluya de forma satisfactoria para ambas partes.
El curso de formación exigido por la autoridad portuaria, dependiente del Ministerio de Fomento, es, por su duración y su planteamiento, una forma si no explícita sí indirecta de impedir el acceso de inmigrantes a un sector que los necesita.
AGILIZAR LA FORMACIÓN
Los patronos de embarcaciones están cansados de pedir, sin éxito, a la autoridad portuaria que agilice el periodo de formación obligatoria para que los inmigrantes puedan incorporarse con más rapidez y facilidad. La formación en España consiste en dos meses de curso teórico al que se añaden dos prácticas de seguridad marítima, una con fuego real en la embarcación y una simulación de naufragio.
Los empresarios han solicitado que el curso de formación pueda hacerse a bordo de las embarcaciones. "No nos hacen ningún caso", explicó el secretario de la cofradía de pescadores de Barcelona, José Juan López que añadió: "Un inmigrante que necesita trabajar no puede permitirse una formación de dos meses".
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