En un momento u otro casi todas las operadoras y empresas españolas de telecomunicaciones -fabricantes al margen- han hecho algún ajuste de plantilla. La liberalización del mercado provocó el nacimiento de decenas de compañías e incluso las más grandes inflaron sus fuerzas laborales durante la euforia tecnológica. Por eso, el estallido de la burbuja y la profunda crisis que siguió obligó a muchas de ellas a reestructurarse. A ello se sumó la fuerte competencia que se ha establecido en todos los mercados, telefonía fija, banda ancha y móvil, y que ha provocado no pocas deserciones o uniones de compañías.
A pesar de todo, el sector español de telecomunicaciones ha superado con daños limitados entre 2002 y 2006 la crisis laboral que se ha vivido en el mundo. Según los datos del regulador del sector, la CMT en estos momentos hay un total de 88.766 personas contratadas por empresas de comunicaciones electrónicas y esta cifra es sólo 5.242 personas inferior a la que esta misma fuente registra para 2002.
El porcentaje de reducción es del 5,6% desde los 94.000 contratados de hace cuatro años y se debe sobre todo a una compañía: Telefónica. La operadora ha llevado a cabo durante estos años un expediente de regulación de empleo en su filial de telefonía fija que, según los datos de la CMT, le ha llevado a rebajar en 11.000 personas su plantilla desde 2002.
Con este peso, era ya difícil para el resto de las empresas cerrar el periodo con balance positivo, pero aun así han podido minimizarlo.
France Télécom no ha ayudado, ya que su plantilla se ha reducido en 866 personas; ni Ono, que tiene 72 menos, pero la mayoría de las demás suma. En móvil, Movistar y Vodafone han fichado bastantes trabajadores, al igual que otras empresas de menor tamaño. Entre estas últimas, las que se han creado en los últimos años han compensado con creces a las que desaparecieron con la crisis.
Y lo han hecho sobre todo en los últimos dos años. Después de reducir empleo como sector en 2003 y 2004, las telecos han vuelto a la senda de la creación de trabajo en 2005 y 2006. En el último ejercicio se han generado 247 puestos.
Mil millones en publicidad
Otro de los grandes termómetros de la salud de un sector ha seguido una trayectoria similar a la fuerza laboral. Se trata del gasto en publicidad y promoción de las operadoras y el año pasado subió un 9,8%, hasta los 958,4 millones de euros. Ésa es la cifra que han desembolsado las compañías para ganar el respaldo de los clientes en doce meses, con las tres operadoras de móvil como principales gastadoras. Muy cerca está el negocio de telefonía fija de Telefónica.
Todas las grandes compañías han elevado sus desembolsos, salvo Jazztel y France Télécom en el campo del fijo. Vodafone y Telefónica de España han gastado casi lo mismo que en 2005, mientras que Ono y Orange -la pata móvil de France Télécom- han dado un sustancial incremento a esta partida.
Para valorar el impacto de la publicidad y la promoción, lo importante es definir cuánto invierte en ello cada compañía por cliente que capta. A la que más cara le sale cada alta es a Ono, seguida por France Télécom en la vertiente fija y móvil. Jazztel, en cambio, es a la que menos le cuesta cada cliente.
La CMT logra sus mejores resultados desde 2002
Con más ingresos por tasas y cánones que pagan las operadoras, la reversión de provisiones que no han sido necesarias y una gestión muy positiva de la tesorería, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha conseguido cerrar 2006 con un beneficio -ahorro, en su caso- de 8,84 millones de euros.
Se trata del mejor resultado conseguido por el regulador desde 2002, cuando ganó 12,55 millones de euros. Al año siguiente, la comisión entró en pérdidas y el traslado a Barcelona ha penalizado los resultados más recientes.
En 2005, el resultado neto para el regulador fue de sólo 121.167 euros, así que 2006 ha supuesto un cambio muy significativo. Además del aumento de los ingresos, que se han situado en 42,8 millones tras incrementarse un 22%, también ha contribuido la reducción del gasto y la drástica rebaja de los costes extraordinarios, que se han recortado más de siete millones. Para la CMT, los gastos extraordinarios son las tasas recurridas por los operadores.
Telefónica pierde peso
La regulación de empleo en Telefónica de España y el fortalecimiento del resto del sector ha llevado al ex monopolio a perder peso como primera empleadora de telecos con respecto a otras. En 2002, su plantilla representaba el 45% del total, frente al 35% actual.
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