El estudio Situación Social y Económica de los Jóvenes en Castilla y León, elaborado por la administración regional, revela algunas realidades llamativas que quizás merecieran reflexión por parte de todos.
¿Se puede considerar alarmante que el 18,3 por ciento de los jóvenes burgaleses (la franja establecida fija las edades comprendidas entre los 14 y los 29 años) consuma o haya consumido drogas alguna vez? ¿Es preocupante que el 65 por ciento de la juventud burgalesa confiese consumir alcohol regularmente y que la mitad sea fumador habitual o esporádico? ¿Tendrán estos datos una relación directa con el hecho de que cuatro de cada diez jóvenes no practica deporte?.
Acaso sean los expertos quienes tengan que interpretar los números de este informe, que no son todos negativos, claro. De entrada, los jóvenes burgaleses son los más activos y comprometidos de la región: el 20 por ciento pertenece a alguna asociación, colectivo, ONG o formación política. Y, además, están muy apegados a la realidad que les rodea. De ello habla el hecho de que para un 45,3 por ciento el problema social más preocupante es la situación laboral y el pardo, seguido (en un 20,7 por ciento) por el acceso a la vivienda.
MERCADO LABORAL
No es de extrañar la preocupación de la juventud de esta tierra por el mercado laboral a la vista de otros datos del estudio. Así, con respecto a las posibilidades de emancipación con ingresos propios, un 44 por ciento asegura que son nulas, esto es, que no tiene otro remedio que seguir viviendo con su familia porque todavía requiere de ayuda económica. Y eso que el porcentaje de jóvenes burgaleses trabajadores es el más alto de la región: el 46,5 por ciento está empleado, dos puntos por encima de la media. Además es, junto con Ávila, la provincia con la media de paro más baja: un 6 por ciento.
En lo que se refiere a los contratos, el 43,7 por ciento de los jóvenes trabajadores burgaleses lo tienen indefinido, si bien un más alto porcentaje, el 45 por ciento, trabaja con contrato eventual o temporal y por obra o servicio. Además, un 0,8 por ciento no tiene siquiera contrato. Sobre el total de contratos, el 81,3 por ciento es de jornada completa.
Sobre los sueldos, la cosa no está para tirar cohetes, a pesar de que Burgos sea, en este punto, una provincia privilegiada con respecto al resto de las de la comunidad. Un 10,6 por ciento de los jóvenes que trabajan en Burgos gana mensualmente por debajo de los 500 euros; un 26 por ciento, bajo el umbral de los 1.000 euros.
Con sueldos que oscilan entre los 1.000 y 1.500 euros hay un 13,9 por ciento, siendo sólo un 4,7 por ciento de privilegiados los que se embolsan cada mes entre 1.500 y 2.500 euros. Un 44,8 por ciento de esos jóvenes burgaleses no tiene ingreso alguno. De éstos, muchos subsistirán de la tradicional paga. Según el estudio, la media mensual que reciben los jóvenes burgaleses de sus padres es de 95,53 euros, la cuarta más alta de la región.
Quizás todo esto explique que el 72 por ciento de los jóvenes burgaleses menores de 29 años vivan todavía con sus padres.
Los comentarios están cerrados.