El 53% del tiempo global que los catalanes dedican al trabajo es invisible porque se realiza en el hogar y es desempeñado mayoritariamente por mujeres, pese a que si se remunerara el PIB catalán aumentaría un 40% ya que el valor monetario de las tareas domésticas es de 73.850 millones de euros.
Estos son algunos de los datos más destacados del primer estudio que realiza la Generalitat sobre la producción doméstica de los hogares de Cataluña en 2001, que vuelve además a poner de nuevo en evidencia las desigualdades entre sexos vinculadas al trabajo doméstico.
El informe, presentado ayer por el conseller de Economía, Antoni Castells, y la consellera de Acción Social y Ciudadanía, Carme Capdevila, analiza por primera vez la actividad doméstica que hasta ahora no contabilizaba en las estadísticas oficiales y debe servir, según han explicado, para orientar las políticas de la Generalitat.
Según el estudio, la población catalana dedicó más de siete millones de horas a las tareas domésticas en 2001, el año de referencia utilizado para elaborar el estudio, cuyo valor económico es de 54.242 millones de euros.
Las tareas dirigidas a organizar y elaborar las comidas son en las que se invierte más tiempo y tienen un valor añadido de 22.000 millones de euros, un 40,5% del valor total de la producción doméstica, seguidas del cuidado de a otras personas (un 27,5% del total), y los trabajos de limpieza, reparación y mantenimiento del hogar (un 23,8%).
Si estos trabajos fueran una actividad remunerada, el PIB de Cataluña pasaría de los 135.708 millones de euros actuales a 190.181, un porcentaje del 40% similar al que resulta de estudios similares realizados en otros países desarrollados.
Además de los 54.242 millones de euros en los que están valoradas las horas del trabajo doméstico, las compras de bienes y servicios necesarios para desarrollar las tareas domésticas representan 19.377 millones, y el consumo en capital fijo (la depreciación por el uso de utensilios y maquinaria de ayuda en las tareas domésticas), 230 millones más.
El estudio revela que el trabajo familiar doméstico en Cataluña representa el 112,3% del tiempo de trabajo de mercado, lo que significa que los catalanes dedican más horas al trabajo no remunerado que al que sí lo es, y que se traduce en una media de 21 minutos más invertidos en el hogar.
De hecho, incluso los hombres desocupados (estudiantes, jubilados o parados) dedican menos tiempo de media al trabajo doméstico que las mujeres que trabajan fuera de casa. De nuevo, este informe llama la atención por la desproporción en el tiempo dedicado al trabajo en el hogar entre hombres y mujeres ya que éstas últimas realizan el 72% de las siete millones de horas de trabajo doméstico que se hacen anualmente en Cataluña.
Las mujeres, además, dedican una hora más de media diaria que los hombres al trabajo, considerando tanto el que está remunerado como el que no, "rompiendo la idea de que las mujeres trabajan menos que los hombres o que muchas mujeres no trabajan", apunta el informe.
La distribución de este tiempo global es desigual ya que ellos dedican el 66,7% del tiempo al trabajo de mercado (fuera de casa), frente al 68,8% que dedican ellas a las tareas familiares domésticas.
La investigadora del informe Cristina Carrasco ha señalado que los hombres dedican al trabajo doméstico un tiempo muy similar durante toda su vida sin que les afecten cambios como la vida en pareja, la llegada de niños o el cuidado de los abuelos, mientras que las mujeres ven como se incrementa el tiempo invertido en la casa a lo largo de su vida en función de estos factores.
"Habría que plantearse qué pasa", ha asegurado Carrasco, que ha subrayado que el tiempo dedicado a las tareas vinculadas al hogar deberían tener una mayor consideración ya que sin ellas sería imposible incluso contar con "fuerza de producción" en el mercado.
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