Al cierre del 2006, una de cada dos empresas (51%) no tenía un solo empleado a su cargo, mientras que algo más de una cuarta parte (28%) tenía entre uno y dos. El 10% no superaba los cinco asalariados, y apenas el 5% tenía una proporción laboral de entre cinco y diez personas. Conforme a esta distribución, poco más del 6% de las sociedades que operaban entonces en España (unas ciento noventa mil) contaba con más de diez trabajadores, y ni siquiera llegaban al 1% las que disponían de más de cincuenta.
Si nos atenemos a la clasificación que hacen el INE y la propia Cepyme, el 43% de las entidades privadas registradas a principios de año en España son 'microempresas' (con menos de diez empleados) y poco más del 5% se considerarían compañías pequeñas. Las empresas de tamaño mediano apenas representan medio punto porcentual sobre el total (cerca de quince mil), un poco más que las denominadas 'grandes' (unas trece mil, cada una con más de 100 asalariados, que suponen un 0,4%). Entre estas últimas, aquellas con más de mil trabajadores solo representan el 0,02% (unas setecientas cincuenta).
Cambio de tendencia
Junto a la «escasa» dimensión de la «práctica totalidad» de las empresas, como se destaca en el estudio, los números analizados permiten constatar también un cierto cambio de tendencia. Los técnicos de la pequeña patronal hablan de la existencia de un proceso de «redimensionamiento» de la estructura societaria española, caracterizado por la consecución de un mayor tamaño de sus unidades, que se traduce en una reducción del peso que suponen las empresas con menor dimensión, relacionado con el aumento del ritmo de creación de empleo
También resaltan el elevado grado de concentración de las empresas en un número reducido de actividades, de manera que cuatro de ellas sustentan dos tercios del total de actuaciones societarias. El comercio engloba casi a una cuarta parte (23,8%), mientras que un quinto (19,5%) se movería dentro del sector inmobiliario y otras actividades empresariales. La construcción, con una representación del 14%, y la hostelería, con un 9%, serían los otros dos campos predominantes. Por sectores, el de servicios (excluido el comercio) agrupa a más de la mitad de las compañías (52%), mientras que el peso relativo de la industria apenas representa una décima parte (7,6%).
Sobre la condición jurídica de las empresas españolas, predomina la persona física, seguida de las sociedades de responsabilidad limitada, figuras adoptadas por nueve de cada diez entidades. Las sociedades anónimas solo suponen el 3,7%, si bien dentro del colectivo de las medianas y grandes compañías su grado de representación alcanza el 44%. Además, son la principal forma societaria entre aquellas entidades con más de cincuenta trabajadores.
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