"¿Está de acuerdo con que el Parlamento de la República de Hungría debería aprobar una ley sobre la introducción de la siesta?"
A los ocho millones de votantes húngaros se podría realizar pronto esta pregunta después de que el Comité Electoral Nacional estableciera a última hora del lunes que el tema estaba listo para someterse a un referéndum.
Los ciudadanos, que están padeciendo una ola de calor que ha alcanzado cifras récord este mes, tendrán sin embargo que seguir pagando sus refrigerios ya que el comité rechazó una propuesta de referéndum sobre la gratuidad de la cerveza en los restaurantes, diciendo que esto podría distorsionar el mercado.
Los proponentes del proyecto de ley sobre la siesta deberán recoger ahora 200.000 firmas para forzar un referéndum.
Referendos, algo habitual
Desde que la democracia llegase a Hungría tras la caída del comunismo en 1989, el país ha convocado con frecuencia a referendos, aunque sólo dos han conseguido la aprobación, la adhesión a la OTAN y a la Unión Europea.
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