El ala más a la izquierda de la coalición de gobierno en Italia amenazó ayer con dar batalla en el Parlamento para introducir cambios en el plan de reformas del mercado de trabajo, lo que plantea una nueva amenaza para la estabilidad del Ejecutivo de Romano Prodi, a la vuelta de las vacaciones.
El ministro de Solidaridad Social, Paolo Ferrero, de Refundación Comunista, pronosticó que, dado el punto al que han llegado las cosas, "en otoño habrá una gran batalla política en el Parlamento y también en el país".
El punto de fricción es el llamado "plan de bienestar social", un borrador presentado por el Ejecutivo, que incluye cambios en el sistema de pensiones, el mercado de trabajo, ayudas a los jóvenes con empleos precarios e incentivos a la competitividad de las empresas.
Prodi se reunió ayer con cuatro de los ministros que representan las corrientes más a la izquierda de la coalición de centroizquierda, que reclaman cambios en el borrador gubernamental sobre todo en la parte relativa a los contratos precarios.
La amenaza de batalla parlamentaria puede poner al Ejecutivo de Prodi en una difícil posición, pues en el Senado sólo cuenta con dos escaños de ventaja sobre la oposición conservadora y ya el pasado febrero, la pérdida de una votación en esa Cámara llevó a la dimisión del Gobierno.
El pasado lunes, cuando el protocolo fue presentado nada hacía presagiar la polémica generada ahora, pues Prodi aseguró que se había constatado "un sustancial acuerdo por parte de los sindicatos y los empresarios".
Sin embargo, el texto tampoco convence al principal sindicato del país de tendencia izquierdista, el CEGIL (Confederación General Italiana del Trabajo), que critica la parte relativa al mercado laboral y aún no ha asegurado su apoyo, mientras que la moderada CISL (Confederación Italiana del Sindicato de Trabajadores) se ha mostrado dispuesto a firmarlo.
El texto contempla cambios en las prestaciones por desempleo, medidas para favorecer los contrato fijos, aumentar el trabajo femenino y facilidades a los jóvenes con trabajos no estables.
Además, recoge cambios en las pensiones, desde el incremento de las más bajas, a la reforma de la actual ley, de manera que el aumento de la edad de la jubilación sea gradual, aunque Refundación y el Partido de los comunistas italianos (Pdci) también se han mostrado críticos.
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