Miles de personas, unas 10.000 según las organizaciones agrarias y unas 5.000 según fuentes policiales, se plantaron ayer ante la sede de la Presidencia de la Junta de Castilla y León para exigir ¿Soluciones, ya! ante la plaga de topillos que afecta a los campos de la comunidad. La manifestación fue convocada por COAG, UPA y ASAJA, a la que se sumó también la Unión de Campesinos.
Los agricultores, muchos acompañados por sus familias, protagonizaron varios momentos de tensión a las puertas de la sede de la Junta. Minutos después de la llegada de la multitud, la consejera de Agricultura, Silvia Clemente y la de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, recibieron a los representantes de los cuatro sindicatos. El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, se sumó poco después al encuentro, según dijo el presidente regional de ASAJA, Donaciano Dujo, a la salida.
Los manifestantes comenzaron a reunirse a las puertas de Vallsur poco después de las 11.00 horas, donde tuvo lugar alguna pequeña suelta de topillos. Según fue acercándose la hora del inicio, se alzaron las pancartas oficiales -'Herrera, esta plaga es una hoguera', 'Juan Vicente, esto se pone caliente' y 'Estamos de ratones hasta los '-, pero también otras como la que unos niños levantaban desde la cabeza de la manifestación: 'De topos y ratas Segovia ya está harta'. Y es que fueron muchos los autobuses que se trasladaron a la capital vallisoletana desde otras provincias para reivindicar medidas urgentes a la Junta.
A las 12.30 horas comenzaron su avance hacia el colegio de la Asunción, cuando se vivió un altercado al ser expulsado de la comitiva principal Jesús Palacín, representante de UCCL, por no ser una de las opas convocantes. Entre el grueso de la riada de gente se encontraban varios agricultores vestidos de cocineros y con pucheros llenos de topillos. Mientras tanto, no dejaron de sonar cohetes y petardos, además de gritos hacia el presidente: «Herrera, listillo, acaba con los topillos». Otros aprovecharon la ocasión para mostrar con panfletos su desacuerdo con la fusión de Caja Rural del Duero y Cajamar.
Tensión acumulada
Casi una hora antes de lo previsto, a las 13.05 horas, la manifestación llegó a la sede de la Presidencia, donde se colgó una pancarta en la puerta en la que ponía 'Esta plaga nos arruina. ¿Soluciones ya!'. Fue entonces cuando se vivieron los momentos de mayor tensión al producirse una auténtica lluvia de patatas, huevos e incluso algún que otro topillo que los agricultores lanzaban contra el edificio. La Policía Local, que movilizó alrededor de 50 efectivos por tratarse de «un importante corte de tráfico», según informaron, tuvo que formar una barrera en la entrada a la sede, recibiendo alguno el impacto de huevos, patatas e incluso de los cubos vacíos en los que fueron transportados los topillos.
Los miles de agricultores allí congregados comenzaron a silbar y a solicitar con gritos la respuesta de Herrera. Entre empujones y gritos, los representantes de las cuatro opas atravesaron la puerta para ser recibidos por la vicepresidenta de la Junta, María Jesús Ruiz; la consejera de Agricultura, Silvia Clemente; y, un poco después, por el presidente, Juan Vicente Herrera.
Setenta medidas
Donaciano Dujo fue el encargado de comunicar los resultados de la vista mantenida con los altos cargos de la Junta, aunque no le fue fácil entonar su discurso por los gritos de desconfianza de los agricultores. «Hemos pedido al presidente actuaciones para eliminar la plaga de manera contundente y urgente». El compromiso de la Junta, según expresó Dujo, serán 70 medidas que empezarán en la próxima semana en las zonas más urgentes, como regadíos, con limpieza de arroyos y caminos, además de tratamientos químicos. Además, en las próximas semanas se harán quemas controladas. «A partir de septiembre, los agricultores podremos quemar de manera individual».
Muchos manifestantes parecían no estar de acuerdo al entonar gritos de indignación, que llegaron a su punto máximo cuando se les trasladó lo acordado sobre las ayudas. En este sentido, se creará una orden de ayudas para el regadío, pero para el secano la cosa parece estar como el martes, donde la imposibilidad de peritar los daños dejará a muchos agricultores sin ayuda. «¿Nos habéis vendido!», reprocharon los agricultores a sus representantes, mientras anunciaban una posible «salida a la calle de los tractores».
Pasadas las 15.30 horas, solo quedaron allí varios limpiadores recogiendo algún topillo en los jardines y las hortalizas lanzadas. La fuente de la plaza se llenó de espuma por haber vertido lavavajillas.
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